Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto envuelve un segundo encargo de la Guardería Ecológica La Mina. Al igual que el primer encargo la estructura se encontraba en estado de abandono por espacio de 20 años, donde antiguamente formaba parte de un conjunto de estructuras dedicadas a la instrucción vocacional y posteriormente facilidades del cuerpo de voluntarios. El edificio era utilizado como salón de recreación y deportes en la primera planta y salón de cosmetología en la segunda. La estructura es un módulo típico de hormigón pre-diseñado utilizado por el Departamento de Instrucción para expansiones de escuelas desde los 1960s, con una segunda planta en paredes de bloque y un techo de madera que encontramos totalmente colapsado a nuestra llegada al proyecto. Por tratarse de una escuela ecológica la huella del edificio debería permanecer inalterada y la demolición de la misma, aunque tentadora, tomo un segundo plano ante el total rescate de la misma.
La estructura habría de servir ahora como salón multiusos donde la escuela pudiera ofrecer reuniones a padres, seminarios y entrenamientos a maestros, entre otros usos, así como de almacén en la primera planta para servir de apoyo a otras escuelas en el área pertenecientes al cliente.
El edificio presentaba unos grandes retos en términos de costos y tiempo dado los 6 meses otorgados para su diseño y construcción, concepto bajo el cual el encargo fue solicitado. En términos de diseño la segunda planta tenía el potencial de tener un dominio visual de la guardería original, que consta de una sola planta y el área recreativa de los niños. Se colocó una losa de hormigón de techo que se extendía hasta la escalera para dar cobijo de la lluvia y sol, y se creó un volumen proyectado de cristal hacia la vegetación y el área de juego. En términos formales dicho volumen habría de actuar como pantalla o vitrina a la guardería provocando diferentes lecturas a la vez que permite la iluminación entrar al espacio y disfrutar de las visuales. El reto de armonizar el resto de la estructura rayaba en la demolición de la misma, por lo que decidimos forrar el edificio en una piel de corten, material de alta durabilidad y de poco mantenimiento, perforado en un patrón alusivo a los Bambúes que rodean la misma. Permitiendo así filtrar la luz al espacio y establecer un dialogo con el entorno. Paños de colores se incorporaron a la mampara, alusivos a los colores utilizados en la guardería, los que permiten bañar de color el espacio interior.