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Arquitectos: Brugnoli Asociados Arquitectos
- Área: 230 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Juan Dúran Sierralta
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto de remodelación -Casa 1957- se inició reconociendo los valores de una obra en albañilería armada que poseía una correcta relación entre recintos, orientación y emplazamiento, determinados por la inmediatez del Cerro San Cristóbal, en Santiago. Estas condiciones preexistentes establecen las definiciones formales y perceptuales que estructuran las premisas del proyecto, que pueden resumirse en dos aspectos:
1.- Zonificación: se mantuvo el orden de los recintos existentes pero alterando sus relaciones, reorganizando algunas y rediseñando otras, para generar espacios diferenciados en sus condiciones formales.
Así, se definió un área común para todos los miembros de la familia, que busca la total integración espacial, sin mayores límites que los que establecen sus programas (living, comedor, cocina y patio-piscina). Por otra parte, se configuraron dos áreas claramente diferenciadas para los distintos segmentos etarios de la familia; dormitorios, sala de juegos y jardín para los menores a nivel de suelo; y dormitorio, escritorio y cubierta-terraza para los mayores en el segundo piso.
2.- Espacialidad: se generaron elementos distintivos que fuesen capaces de alterar la resultante espacial de la geometría existente y mejorar la entrada de luz, dado su emplazamiento en la ladera sur del Cerro. Además se buscó ingresar el paisaje circundante al interior de la obra, diluyendo medianeros y vecinos, para generar perspectivas y tensiones con el entorno inmediato.
La posición de esto elementos -lucarnas- se estableció a partir de definir lugares dentro de ciertos recintos específicos, buscando cargarlos espacialmente para su claridad formal. Así mismo, los elementos conectores –escalera y puente- también adquirieron una singularidad formal para reforzar la identidad y definición espacial de los recintos donde se encuentran.
El resultado es una caja racional con las necesarias aperturas, las cuales se organizan según cada espacio y de piso a cielo. Este orden es interferido por los elementos distintivos, los cuales producen el necesario contrapunto para cualificar los recintos donde se localizan. De esta manera, aparecen relaciones que tensionan interior y exterior, proponiendo un dialogo con la condición doméstica, connatural al encargo.