Por Daniela Arceo
Casi al cierre del año, recontamos un gran logro del 2014 en el alumbrado público de la ciudad de México: la inauguración de la red subterránea eléctrica del Centro Histórico. Con una inversión de mil millones de pesos del gobierno estatal y trabajo que comenzó desde el 2011 por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se instaló 257 kilómetros de líneas eléctricas subterráneas, 138 transformadores, y una aproximada sustitución de 24.500 medidores de consumo de luz.
Más información después del salto.
En un siglo y medio, la creciente población de México se ha manifestado en grandes avances industriales y los especialistas en el campo de la iluminación poco a poco han introducido soluciones sustentables y eficientes para el alumbrado público en el D.F.
El Centro Histórico, siendo el más grande de América Latina, y declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad en 1987, recorre siete siglos de la historia de México. Entre las cosas que alberga, son 900 hectáreas, 2.000 monumentos históricos, 65 museos, y 500 edificios con valor arqueológico, histórico y artístico.
Dentro de los beneficios mayores de esta reconversión de tecnología en el alumbrado público, se encuentra una red de luz más constante, más fácil de operar, y con mayor control de explosiones e incendios en los puntos de conexión (“mufas”).
Los dejamos con una captura visual del desarrollo cronológico en el alumbrado público que se llevó a cabo en esta hermosa parte de la ciudad desde 1857:
