- Año: 2014
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Fotografías:Héctor Fernández Santos-Díez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La intervención consistió en el diseño de una vivienda-estudio en las dos plantas superiores de un edificio residencial construido a finales de los años 90, cuyas últimas plantas, originalmente independientes, nunca llegaron a ser habitadas. Se planteó agrupar estas dos plantas para conformar una única vivienda con una zona de estudio/oficina.
Aprovechando lo diáfano de la planta alta y su terraza, se enlazan la sala de estar, el comedor y una caja de madera que alberga la cocina. El gradiente de intimidad (planta alta con salón y planta baja con dormitorios) se interrumpe con un lugar destinado a oficina/estudio en la planta inferior, diferenciado en su formalización y materialización. En esa planta un tabique curvo blanco oculta los dormitorios y aseos, mientras que una celosía transparente de pino desvela ese rincón abierto de trabajo.
En planta baja se disponen materiales y texturas suaves, colores contrastados y una marcada iluminación integrada. El programa funcional comprende un dormitorio principal tratado como una suite con su baño particular. Un dormitorio secundario detrás de una gran puerta corredera y delimitado con la celosía del estudio. Salvo el dormitorio principal, las otras dos estancias podrían intercambiar usos aportando flexibilidad. En un futuro se propone la posibilidad de incrementar la intimidad aportada por la celosía con una tela a modo de cortina o lienzo. Los usos cambian con el paso del tiempo, por eso se propuso al promotor un esquema abierto y adaptable.
Conectando con la planta alta, una escalera de hormigón visto pulido, anticipa un cambio en el tratamiento de los acabados.
En planta alta, las texturas ganan protagonismo, empleando ladrillo visto pintado, forjado unidireccional de hormigón visto pintado, barandilla de acero negro barnizado, etc. Dos lucernarios de hormigón visto aportan focos extras de luz natural a puntos interiores de la vivienda. El primero, en el descansillo de entrada a la planta alta: pavimento de vidrio sobre zuncho de hormigón, un no-suelo. El segundo, un hueco en el suelo del salón, a modo de indiscreta mirada sobre el aseo de la planta baja.
En esta planta, una caja de madera alberga la cocina. Se abre o se cierra totalmente al salón-comedor, la puerta se convierte en mesa, una contra se abre y se convierte en barra. La Madera termotratada ejerce de contrapunto al blanco predominante. Los muebles hechos a medida en el salón, dormitorios, aseos y cocina, como estanterías, colgadores, tiradores de puertas, bancos, mesas, aparadores... personalizan y distinguen la vivienda.