Tal vez la mayor fiesta brasileña, el carnaval es celebrado con mucha intensidad en toda América Latina a través de marchinhas (género musical propio del carnaval), blocos en la calle, carros alegóricos, desfiles, y por supuesto, disfraces, conocidos en Brasil como fantasías.
Ya sea simple y discreto, o sofisticado y extravagante, el disfraz es un dispositivo que permite a aquel que lo viste (y también a aquel que lo ve) imaginar que no existe. De cierto modo, el disfraz es la materialización de nuestros sueños. En el carnaval y en otras festividades, el significado del disfraz se expande, y a través de él las personas se divierten convirtiéndose en lo que no son, o en lo que les gustaría ser.
Producir el disfraz perfecto, aquel que exprime nuestra imaginación y deseos, puede demandar un intenso trabajo. Los famosos desfiles del carnaval de Río de Janeiro, Salvador y São Paulo lo confirman. La construcción de esas arquitecturas del sueño demandan meses de preparación, a la espera del momento catártico en que su significado se transforma en realidad.
Arquitecturas imaginarias, los disfraces pueden ser hechos por cualquiera. ¿Pero qué ocurre cuando son hechas por arquitectos? A continuación, les invitamos a ver algunos disfraces, correspondientes al ballet de la Bauhaus y al baile de Beaux Arts en Nueva York, que pueden servir de inspiración para un carnaval de arquitectos. Vea alguna de las opciones más divertidas y absurdas para el carnaval de este año.
Y para aquellos con predilecciones más discretas o un presupuesto ajustado, ropa negra, lentes de marco circular y una pipa son una buena alternativa.