Un estudiante de TUDelft se pregunta: 'Podemos vivir sin espacios desaprovechados?'

El espacio arquitectónico como la conocemos, posee grandes espacios vacíos, incluso cuando están habitados. Nos hemos acostumbrado a estos espacios vacíos, los damos por sentado, y nos resulta difícil imaginar una vida en la que nos veamos obligados a ocupar sólo el espacio que necesitamos. A través de catalogar nuestras actividades cotidianas y analizar los movimientos de nuestro cuerpo, Stavros Gargaretas de la oficina Why Factory en la universidad TUDelft, buscó estudiar la problemática para obtener una eficiencia máxima en el espacio, mediante un proyecto titulado 'The Evolving Room: Inhabiting Zero Wasted Space' (La habitación en evolución: Habitar sin espacios desaprovechados). El trabajo fue completado bajo la supervisión de Ulf Hackauf, Adrian Ravon y Huib Plomp, además de Winy Maas, fundador de Why Factory y ganador del premio a mejor proyecto de título de TUDelft.

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Cortesía de Stavros Gargaretas
Cortesía de Stavros Gargaretas

Combinando experimentación a escala con materiales hipotéticos, esta exploración simula una arquitectura extrema de ergonomía en tiempo real y la eficiencia del espacio. La narrativa producida después describe los requisitos de determinar y la forma de habitar tal espacio, mientras que también contempla los posibles beneficios y limitaciones de habitar un entorno completamente adaptable. La investigación, desarrollada en tres capítulos, trata de responder a la pregunta "¿Podemos vivir sin espacios desaprovechados?", y al mismo tiempo busca desafiar nuestras percepciones del espacio arquitectónico y nuestro contexto físico.      

© Sean Pieters
Cortesía de Stavros Gargaretas

En el primer capítulo de esta investigación, la observación del cuerpo humano y cómo se puede monitorear se convirtió en la base para generar una herramienta de mapeo. Utilizando la tecnología de seguimiento de Microsoft Kinect Movimiento, Gargaretas registró movimientos de una persona cada dos segundos. Los registros formados a partir de este proceso podrían ser compilados y utilizados para registrar un seguimiento de su comportamiento a través del tiempo. A partir de este estudio, se ha desarrollado un modelo del espacio que realmente utilizamos. Después de esta exploración inicial, el equipo entonces deriva la cuestión de cómo visualmente el espacio descrito puede manifestarse en forma de espacio real, un espacio físico que se adapta perfectamente a nuestras necesidades ergonómicas.

Cortesía de Stavros Gargaretas
Cortesía de Stavros Gargaretas

El segundo capítulo lleva un paso más allá esta manifestación de espacio físico, con el objetivo de proyectar un programa para un nuevo tipo de material. La investigación dentro de este capítulo profundiza en las diferentes condiciones espaciales necesarias, si pretendemos vivir dentro de un límite ergonómico tan cuidadosamente calculado. El material hipotético propuesto para desarrollar un programa de este tipo, debe ser extremadamente dinámico, en constante adaptación a las necesidades físicas y ambientales de nuestra vida cotidiana. De una forma similar a cómo el cuerpo humano se ha adaptado para realizar una amplia gama de actividades en condiciones cambiantes. A partir del segundo capítulo surge la más difícil pregunta- ¿podemos o no vivir en este entorno completamente ergonómico?      

Cortesía de Stavros Gargaretas
© Martina Lucchese

Mediante la utilización de pruebas en vivo y a escala, el capítulo tres tiene como objetivo responder a esta pregunta y entender la "ergonomía del confort". A través de sus hallazgos, Gargaretas buscaba respuestas a preguntas tales como "¿Que tan claustrofóbico sería vivir dentro de nuesto Zero Wasted Space?". Otros temas surgen en esta sección, como la noción de personalización del espacio.  Esto lleva a la segunda herramienta principal de su investigación; la interfaz. En teoría, si un ser humano es capaz de interactuar con la información registrada, es posible que puedan determinar más formas de incrementar el confort y la habitabilidad de este "modelo completamente ergonómico". A partir de esta sección de la investigación, surge un nuevo modelo de eficiencia espacial, más habitable debido a nuestra propia interacción y retroalimentación.

Cortesía de Stavros Gargaretas
Cortesía de Stavros Gargaretas

Tal vez lo más importante, a pesar de que este proyecto sugiere la posibilidad de un entorno físico cada vez más dinámico, nunca se instala en un contexto, y por lo tanto nunca se convierte en una parte del tejido urbano construido. De esta manera, el proyecto funciona más como una colección abstracta de datos, y es descrito por los investigadores como "una nube ambigua pero precisa de la información, que abre una discusión teórica sobre el uso eficiente del espacio." En conclusión Gargaretas cuestiona, "¿Qué podría significar encontramos de repente con información sobre la forma en que usamos el espacio, mientras que desafiamos nuestra comprensión tradicional del espacio arquitectónico en sí?"

© Martina Lucchese
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Sobre este autor/a
Cita: Rawn, Evan. "Un estudiante de TUDelft se pregunta: 'Podemos vivir sin espacios desaprovechados?'" [A TUDelft Student Asks: "Can We Live With Zero Wasted Space?"] 16 mar 2015. ArchDaily Colombia. (Trad. Yunis, Natalia) Accedido el . <https://www.archdaily.co/co/763862/un-estudiante-de-tudelft-se-pregunta-podemos-vivir-sin-espacios-desaprovechados> ISSN 0719-8914

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