Presentamos una reflexión con motivo de la muestra artística "De la Huaca al Boom: Un rostro para Lima", exposición elaborada en conjunto por artistas y arquitectos que buscan definir una imagen de la capital peruana en base a la pluralidad de identidades que la conforman. Bajo la curadoría de Patricia Ciriani Espejo, esta muestra resalta la ciudad que se esconde detrás de las postales tradicionales, para evidenciar la estética de una urbe fracturada y en constante construcción. Sigue leyendo después del salto.
Fractura pasado / futuro
"Lima construye destruyendo memoria" sentenció la arquitecta alemana Kathrin Golda-Pongratz, cuya investigación de doctorado se centró en la memoria urbana de esta ciudad (2010). Una frase que se mantiene vigente en un contexto caracterizado por el crecimiento vertiginoso y esquizofrénico de sus edificios, característica común en distintas ciudades de Latinoamérica, aunque especialmente crítica en un centro histórico que crece a espaldas de un patrimonio edificado con más de cuatro mil años de antigüedad.
La serie "Se vende - No se vende" del fotógrafo Jorge Heredia expresa de manera contundente la progresiva pérdida de identidad que ha afectado a la ciudad los últimos diez años, mediante el registro de antiguas casonas amenazadas por la vorágine inmobiliaria. A diferencia de las visiones de nostalgia que amparan hasta cierto punto al patrimonio moderno del siglo XX, la mayor parte de recintos prehispánicos o huacas han sido borrados de la huella urbana sin previa advertencia. La propuesta para un circuito de land art en los principales vestigios milenarios del distrito de San Isidro revitaliza con la fuerza del presente en estos sitios, brindando una conexión directa de uso con los espacios públicos adyacentes.
Fractura invasión / inversión
La pluralidad de identidades en Lima proviene principalmente del proceso migratorio que inicia en la década de 1940. A pesar de tener un potencial cultural que se nutre de distintos orígenes, esta diversidad constituye en la actualidad una "justificación" para segregar dos rostros claramente diferenciados: una ciudad aparentemente ordenada que crece entre el concreto y los matices grises; y una ciudad construida contra la pendiente de los cerros, en un colorido caos que es negado a las postales de la capital. Estas barreras han trascendido las representaciones intangibles y se materializan en los muros y rejas que abundan en Lima, siendo el más representativo el muro que divide la urbanización de Las Casuarinas, en el distrito de Surco, y el asentamiento humano de Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores.
La muestra artística se centra en esta urbe distanciada de la añoranza por la tres veces coronada Ciudad de los Reyes, para adentrarse en la búsqueda de un nuevo rostro que conjugue las diversas expresiones que componen la Lima contemporánea. "Historias Insurgentes", mural realizado por la Brigada Muralista, describe de forma deliberadamente colorida y literal las vertientes que nutren la variopinta realidad de la ciudad. Las fotografías de Eleazar Cuadros, integrante de la asociación CITIO, retratan de manera destacada las áreas que, a pesar de conformar hoy la mayor parte de Lima, resultan ajenas a la labor de los estudios de arquitectura.
Fractura utopía / realidad
La amplia distancia que existe entre la Lima imaginada por los modelos de planeamiento urbano y la realidad construida constituye una tercera fractura que catalogaría a esta ciudad como impredecible. La falta de regulación dificulta el ordenamiento urbano y la generación de espacios públicos que garanticen una mejor calidad de vida. A pesar de estas dificultades, las dinámicas de crecimiento mantienen su curso imparable y constituyen una ciudad del presente absoluto.
La propuesta "Hipertélico Urbano" de Hans Stoll transmite esta sensación de incertidumbre por el futuro a través de un collage fotográfico que reúne edificios de distintas ciudades latinoamericanas y los combina en una megápolis imaginaria que podría ser cualquiera de ellas. A manera de contraste, la propuesta de Gianine Tabja plantea una estructura vacía de fierro (inspirada en la huaca El Paraíso) que recurre al concepto de persistencia de una identidad urbana propia. ¿Podrán convivir ambas visiones en los años venideros?
Estas fracturas representan la búsqueda de una identidad que englobe los distintos significados de ser limeño. La diversidad se plantea como un potencial que permite la construcción de ciudadanía, en un reto para el futuro que concierne directamente a los habitantes de esta capital. El arte y la arquitectura, más que un llamado a la reflexión, pueden ser un llamado a la acción respecto al modo en el que vivimos actualmente.