Tras conocer en junio la propuesta ganadora del plan maestro del Campus Lo Contador de la Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, una segunda convocatoria invitó a arquitectos titulados de la universidad y académicos del plantel a diseñar el nuevo edificio FADEU-CMPC con miras a "ordenar el crecimiento del Campus" y este viernes 18 de diciembre fueron anunciadas las propuestas ganadoras.
El equipo liderado por Robert Holmes Lezaeta se adjudicó el segundo lugar con una propuesta que, entendiendo los bordes físicos como elementos "de continuidades, particularidades y permeabilidades", propone "la construcción de un edificio capaz de sumarse a las continuidades [...] fortaleciendo la presencia solemne e institucional del campus en el barrio y precisando la permeabilidad adecuada para las relaciones entre la universidad y la ciudad: un muro poroso".
Descripción de los arquitectos: De acuerdo al reciente plan maestro para el futuro del campus Lo Contador es central entender el conjunto de sus bordes como un zócalo capaz de fortalecer y fomentar la porosidad, entendida como los intercambios y fricciones entre el barrio (la ciudad) y el interior del campus (la universidad).
Desde este punto de vista, el que compartimos como uno de los conceptos centrales para el desarrollo del campus, es necesario entender los bordes como un elemento complejo, de continuidades, particularidades y permeabilidades que le entregan diversos caracteres y relaciones, entendiendo al Campus inserto no solo en el contexto de ciudad, sino en un
proceso de evolución constante.
De esta manera se podrán precisar las cualidades de dicha porosidad y sus relaciones con las continuidades, permeabilidades y hermeticidades pertinentes al caso del nuevo edificio FADEU – CMPC.
Los bordes del campus: la porosidad y el muro
Se reconocen en el campus -entendido como el anhelo de la manzana completa entre las calles Carlos Casanueva y Pedro de Valdivia- dos situaciones particularmente notorias y disimiles, y que tienen su génesis en la manera en que se originó el barrio actual desde las primeras construcciones agrícolas hasta los edificios anexados recientemente.
El cabezal poniente de la manzana se estableció de manera rigurosa en torno a muros, que delimitaron y trazaron los principales ejes de la casa y sus jardines. Con la completación de la casona a lo largo del tiempo, y junto con la consolidación del muro poniente a principios del siglo XX, se configuró un cabezal que, en conjunto con el muro que cierra el solar hacia Los Navegantes, se presenta delimitado de manera estricta y persistente, con ciertas permeabilidades presentadas como particularidades sobre un zócalo continuo: vanos, transparencias y accesos puntuales siempre dentro de un marco casi hermético de adobe, ladrillo y piedra.
El cabezal oriente de la manzana se configuró siguiendo los patrones establecidos en 1938 para la población Pedro de Valdivia Norte, que trazó terrenos relativamente pequeños y que buscaba el protagonismo de la vegetación. Las casas aisladas que poblaron el lugar construyen hoy un borde de manzana abierto y permeable hacia su interior, sensación que se fortalece con el protagonismo de la vegetación: los antejardines se funden con los jardines al interior de la manzana. Con la anexión de una serie de casas para el campus se incorpora este orden al campus.
Los nuevos edificios docente y de diseño, por su ubicación y magnitud, se transformaron en los elementos de principio y término de esta continuidad, y fortalecen el meridiano que divide la manzana, por un lado en el campus de jardín, y por el otro el campus solemne.
Dentro de este contexto, el nuevo edificio se ubicará en un lugar estratégico: un vacío que, en una de las esquinas más importantes del cabezal poniente, ha estado constantemente desvinculado de las continuidades y riquezas históricas de las construcciones que lo flanquean: hacia el oriente el muro de piedra que ha cerrado históricamente la propiedad, y hacia el sur el muro de ladrillo de más de 100 años que lo vincula a la casona.
Frente a esto consideramos pertinente enfrentar la nueva construcción de manera diferente a lo que ha ocurrido recientemente, donde se ha crecido por agregación de partes nuevas y autónomas, sino incorporándose a las continuidades existentes.
Se propone la construcción de un edificio capaz de sumarse a las continuidades, y que permita consolidar finalmente el cabezal poniente de manera rotunda, fortaleciendo la presencia solemne e institucional del campus en el barrio y precisando la permeabilidad adecuada para las relaciones entre la universidad y la ciudad: un muro poroso.
El interior del campus: recorridos, encuentros y fricciones
Las dos direcciones presentes desde los primeros trazados de la chacra de Lo Contador presentan no sólo un orden al que se han plegado las nuevas edificaciones, si no que han sido los ejes principales del espacio público del campus.
La dirección oriente – poniente, que desembocó en el espacio central consolidado por la nueva biblioteca, se ha transformado en el espacio organizador de las construcciones en su distancia rigurosa de 22,5m a la casona, situación que se ve potenciada por su posibilidad de ser extendido hacia la zona de casas y jardines anexadas al campus.
La dirección norte sur, que tuvo sus orígenes en un pequeño desnivel entre los cuadrantes oriente y poniente, desembocó en un eje que, a demás de organizar construcciones a lo largo del tiempo, se estableció como un eje entre los nuevos accesos por Los Navegantes y El Comendador.
Si bien estos dos ejes se presentan nítidamente organizando las conectividades generales y “(…) casi ortogonalmente, midiendo la casa Lo Contador con su territorio” 2, se evidencian múltiples situaciones de movilidad y que en parte responden a las complejidades establecidas desde la primeras hasta las más recientes construcciones. De esta manera los zaguanes y los pasos en 2º nivel de la casona, los recorridos de borde por el muro poniente, los patios y la suma de intervenciones a lo largo de la historia dan cabida a una serie de recorridos que alimentan la vida universitaria con múltiples desplazamientos y encuentros, fortaleciendo finalmente el encuentro e intercambio entre alumnos, profesores y facultades.
Se propone la construcción de un edificio capaz de sumarse a la compleja red de circulaciones existente, entregando no sólo espacios para programas específicos sino también regalando situaciones que incentiven el contacto entre personas y facultades: un nuevo edificio transparente y una nueva galería.
El nuevo edificio: El muro habitable
Frente a la necesidad de sumarse a la continuidad amurallada del campus y fomentar las relaciones permeables entre campus y barrio surge la cuestión central en la que radica el proyecto: cómo construir un muro poroso. Entonces, la construcción de un edificio que sea capaz de ser un muro permeable sugiere tres consideraciones: a) que mantenga la condición de muro; b) que tenga una permeabilidad regular; c) que tenga la condición de soporte.
El programa
De acuerdo a todas las consideraciones anteriores, proponemos la construcción de un edificio que densifique el programa en un volumen angosto y alineado al borde, con las permeabilidades atomizadas de manera continua de acuerdo a su estructura, y especializado en estratos: una nueva alquería.
Los programas de talleres, dada su naturaleza ligada al suelo, y aprovechando la presencia de talleres en el mismo nivel, se ubican construyendo el zócalo del edificio.
El resto de los programas se organizan dentro del soporte superior, el que en su regularidad horizontal, toma diferentes alturas de piso a cielo para cada nivel.
En suma, y sobre el zócalo, se propone la construcción de 4 estratos programáticos diferentes y del largo de todo el edificio, cada uno de plantas libres y flexibles y altura acorde a las necesidades espaciales, lumínicas y de relación con el contexto de cada tipo de programa que albergará:
niv. 4: terrazas Se propone como coronación del edificio un estrato bajo que comparten un bloque de programas técnicos, caja de ascensor, clima, etc… con dos terrazas. Estas terrazas tienen muros de 1.70m, lo que la deja en una situación contenida pero con vistas a los cerros y árboles. Dos lados se abren en ventanas que enmarcan vistas mayores al campus y al cerro.
niv. 3: oficinas Se propone un 4º nivel de oficinas que albergará al Instituto de Estudios Urbanos. Su altura es de 2.45m libre, y se plantea como una gran planta libre la que es capaz de ser compartimentada para distintos usos de oficina.
niv. 2: salas de clases Se propone un 3º nivel que albergará la totalidad de salas de clases, incluidas las del I.E.U. Este tendrá una altura libre de 2.75m, y estará compartimentado en 4 bloques separados por las circulaciones verticales. Cada bloque podrá ser dispuesto como una único espacio o compartimentado en múltiples salas.
niv. 1: refectorio o casino Se propone el casino ocupando el primer nivel del entramado de madera, directamente sobre el zócalo a la manera de la planta noble de la alquería y de 3.33m de altura libre. El casino se alineará en todo su largo a la galería principal de circulaciones. En un nivel intermedio, a nivel de terreno, se ubicará la capilla, apoderándose y poniendo en valor la esquina histórica de C. Casanueva con Los navegantes.
La estructura
Para construir el nuevo edificio de acuerdo a los puntos antes mencionados, se propone una estructura no jerárquica, donde la responsabilidad de las solicitaciones estructurales esté repartida en múltiples elementos.
Esta multiplicación y disgragación de los elementos estructurales construye una estructura continua y homogénea, capaz de construir de las relaciones buscadas de permeabilidad. Un soporte no especializado, indeterminado para albergar los programas de la manera más flexible posible.
Se propone la construcción de una múltiple serie de marcos de madera laminada. Este sistema, en su homogeneidad, es capaz de recibir los refuerzos necesarios mediante el reemplazo de piezas de madera por piezas de similar escuadría en acero en la medida de las necesidades estructurales.
Los marcos estructurales se montan sobre un primer zócalo de hormigón armado y piedra, que albergará los talleres.
Sobre esta base se montan los marcos estructurales en ejes cada 80cm, marcos que sólo varían en los momentos en que reciben las circulaciones verticales, incorporándose diagonales que se transforman en los limones de rampas y escaleras.
Esta malla tridimensional es rigidizada por placas CLT que, en forma de losas y muros, asumen la responsabilidad de arriostrar el sistema y que al ser reforzable con acero, permite asegurar tamaños, permeabilidades y atmósferas sin importar cuánto se refuerce la estructura.
Arquitectos
Robert Holmes LezaetaUbicación
El Comendador 1916, Providencia, Providencia, Región Metropolitana, ChileEquipo de diseño
Maria Isabel Harvey Queirolo, Jonathan Holmes Harvey, Martin Holmes Harvey, Andrés BatllePremio
Segundo LugarAño Proyecto
2015Fotografías
Cortesía de Equipo Segundo Lugar
Conoce el resto de las propuestas premiadas en el concurso del edificio FADEU-CMPC