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En el marco de la Clase magistral que realizó el arquitecto español Javier Peña Ibáñez en el Instituto de Educación Superior de Paraíba, en Brasil, desde el programa de Máster en Diseño y Arquitectura de Espacios Efímeros (DAEE), nos han compartido una interesante entrevista, en la cual se reflexiona en torno al diseño de espacios efímeros y la ciudad como soporte de experimentación para las intervenciones temporales.
Nacido en Logroño, España, Javier es arquitecto por la Universidad Politécnica, Escuela Técnica Superior de Madrid, ETSAM. Actualmente es profesor de la asignatura “Espacios Efímeros” en el Instituto Europeo de Diseño, IED, y, en paralelo, es el director del Festival de Arquitectura y Diseño de Logroño. Es vencedor de premios internacionales y participó de diversas ferias, donde tuvo la oportunidad de presentar la versatilidad de su trabajo. Entre los más destacados están Fluxuciudad/Cásate, Ciudad Doméstica, Basics, Escena y Concéntrico.
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DAEE: Según tu perspectiva, qué puede considerarse un espacio efímero y cual es su función en la actualidad?
Javier: Un espacio efímero es aquel que responde a un tiempo determinado y a una necesidad. En su concepción no difiere mucho de los espacios que tienen en su objetivo la perdurabilidad, pero sí en la estrategia en la que se acomete. Creo que la existencia de arquitecturas efímeras busca consolidar proyectos a más largo plazo, aunque la frescura e inmediatez de estos responde mejor a ciertos problemas que las arquitecturas perdurables. En definitiva, la elección de unas u otras son estrategias que tienen que cohabitar y que se deben emplear según sea el análisis del estado previo.
DAEE: El espacio público es un espacio en el que normalmente suceden intervenciones urbanas de carácter temporal. Considerando que la ciudad es el escenario de los intercambios sociales y culturales mas importantes entre los individuos que la habitan, ¿cómo cree que esas instalaciones efímeras pueden suscitar en la ciudad algo nuevo o que llame la atención hacia la importancia del espacio público?
Javier: Creo en la labor de concienciación de estas estructuras, por su carácter de novedad, de sorpresa y de reflexión que suscitan. El festival Cóncéntrico, que dirijo en Logroño, buscea en ese espacio, en el de la confluencia entre la ciudad consolidada / patrimonial y la de las arquitecturas efímeras. En ese punto en el que hay zonas de la ciudad que no funcionan, las arquitecturas temporales son un reclamo, una manifestación y visualización de la existencia de ese patrimonio, de ese espacio público oculto.
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DAEE: La creación de espacios efímeros es casi una actividad artística, que poco o nada responde a reglas académicas. ¿Cómo es su experiencia como profesor de escuelas que trabajan con la concepción de espacios efímeros en sus cursos? ¿Cuáles son las principales dificultades que tiene que enfrentar en la enseñanza de esa disciplina?
Javier: Es una materia compleja porque como bien dices no responde a unas reglas académicas. Sin embargo, la ciudad ha sido un punto de encuentro entre artistas, arquitectos, urbanistas... tiene un poder de atracción que hace converger a diferentes perfiles. Por ello, la motivación aparece rápido, ya que todos tenemos una experiencia de la que partir para comenzar trabajando. Es un campo de experimentación que parte del individuo para confluir con lo colectivo, por ello todos podemos aportar una situación o un enfoque diferente que sea interesante.
DAEE: ¿Qué es para usted un buen producto de diseño y de arquitectura?
Javier: Casi retomo mi primera respuesta, es aquel que responda bien a un tiempo y a unas necesidades. Que sea eficaz, que sea cómodo de utilizar para sus usuarios, que cree un contexto, que participe de la ciudad... Este puede ser desde un banco o una papelera, hasta el diseño de las aceras o un edificio, todo suma en el diseño de una ciudad.
DAEE: ¿Qué espera de los trabajos que va a realizar en Brasil? Qué es lo que más le atrae en este país para crear instalaciones de carácter temporal?
Javier: Espero responder a una realidad concreta, en este caso la de João Pessoa. Es una ciudad en la que, por mi visita virtual, percibo muchos contrastes. Eso es un elemento de trabajo interesante, me atrae la configuración de las ciudades, sus límites, cómo éstas se articulan en el interior y se conectan o fragmentan los barrios.
De Brasil me atrae trabajar con profesionales que tienen una formación específica en ámbitos de la arquitectura, el urbanismo, el arte visual, la sociología..., y conocer cómo sus referencias y su contexto les influye a la hora de desarrollar un proyecto de carácter efímero. De esa suma de caracteres el resultado siempre será objetivamente mejor.
