La iniciativas de dotar a Bogotá con un sistema de Metro que ayude a solucionar el caos de movilidad que sufre, se remontan a más de 70 años. Hoy en día sigue siendo el proyecto más ambicioso para la capital colombiana y al que se destinan millones de pesos en investigación, representando una inversión no sólo con implicaciones urbanísticas, sino también con fuertes alcances políticos, sociales y culturales.
Al contar con este largo e inconsistente pasado, queda claro que las buenas intenciones no han sido suficientes y hoy tras más de medio siglo nos han dejado sin consecuencias tangibles. Es importante ver detenidamente cuales han sid las decisiones administrativas que han frenado la materialización del Plan Metro.
A continuación, podrás conocer su historia en la siguiente infografía.
El más reciente diagnóstico presentado por el programa de Bogotá Humana -Plan de desarrollo distrital del anterior Alcalde, Gustavo Petro-, estableció que la primera línea de Metro contaría con una extensión de 27 kilómetros, abarcando 11 de las 20 localidades de la ciudad, en donde se situarían 27 estaciones y 7 puntos de intersección con Transmilenio, el sistema de transporte público de Bogotá.
Bajo la administración actual, a nombre de Enrique Peñalosa, se ha mencionado que la obra del Metro está entre sus prioridades. Si bien el diagnóstico original de Bogotá Humana planteaba un trazado desde Bosa, en el costado sur de la capital, pasando por la Av. Américas, Villavicencio, Boyacá, Carrera 11 y culminaría en la Calle 127 con 9, la actual Alcaldía evalúa qué determinaciones prevalecerán y cuales serán derogadas, en términos de conectividad, factibilidad, demanda de pasajeros, inclusión al sistema integrado de transporte actual y su disposición subterránea o superficial.
Fuente principal: Diario Humanidad, periódico oficial de la Alcaldía Mayor de Bogotá, en diciembre del 2015.
