En Fundamentals (2014) Marruecos se presentó por primera vez en una Bienal de Venecia, exhibiendo una muestra centrada en las especulaciones territoriales en torno al desierto del Sahara. La propuesta fue conocida como Inhabiting the Uninhabitable (Habitando lo inhabitable).
Para tal ocasión, la oficina parisina OUALALOU+CHOI propuso una estructura urbana para este vasto territorio desértico: "un medio para echar raíces, implementando urbanismo y civilización. El Sahara, con su extrema geografía y condiciones climáticas, se mantiene como un territorio inexplorado para la especulación arquitectónica".
Explicación de los arquitectos: el mar de arena convierte el desierto en un territorio sin suelo. En constante cambio, el suelo nunca es un punto de referencia: como los marineros, los habitantes del desierto confían en las constelaciones como las únicas guías geográficas (sic) estables. Este proyecto propone una ciudad sobre y bajo el suelo: una ciudad suspendida y enterrada. Más allá de sus dimensiones alegóricas y críticas, la idea sobre una ciudad que puede ser experimentada en su verticalidad en vez de su horizontalidad es extraña y poderosa. La interioridad que se crea entre la ciudad durante el día (debajo del suelo) y la ciudad de noche (debajo del cielo) se convierte en el corazón del espacio público. Es una tierra habitada que permite que el paisaje pase a través de ella.
Los establecimientos humanos siempre han derivado de la tensión y balance entre la geografía del vasto territorio y una geometría que lo confronta, lo mide y lo contiene. El proyecto se compone de una serie de anillos que crecen a medida que se acercan o descienden en altura. La articulación entre estas capas, las cuales a su vez -como una hélice- producen los vacíos urbanos que crecen y se adelgacen dependiendo de su posición vertical. De esta manera, una gradación vertical de los espacios públicos, comunales, privados e íntimos y además, permiten controlar el nivel de la luz natural y la ventilación en este vacío urbano.
Como una figura masónica, una alegoría dantesca y una fantasía carcelaria, esta estructura urbana encierra tanto como lo que está encerrado. La ciudad se convierte en una aventura pionera en un mundo nuevo. En un territorio carente de suelo y sin fin, la ciudad intenta albergar presencia humana para darle una escala comprensible. La ciudad está en el mundo y se convierte en el mundo.