A raíz del terremoto ocurrido el 16 de abril en la zona costera de Ecuador y al proceso de reconstrucción que deberán enfrentar las diversas zonas afectadas, nos parece importante referirnos a experiencias similares ocurridas antes en la región andina.
A tres años del 27F, el diario chileno online El Definido publicó parte del análisis post terremoto en Chile, realizado por la investigadora Mary C. Comerio, del Centro de Investigaciones de Ingeniería Sísmica del Pacífico, de la Universidad de Berkeley.
En estudio destaca a Chile por su "eficiencia y coordinación entre el rol del estado y de las comunidades involucradas" al momento de enfrentar la reconstrucción de viviendas después del terremoto 8.8 y posterior tsunami ocurridos el 2010. La investigación concluye con una serie de lecciones sacadas de esta experiencia, que pueden ser útiles para otras naciones que también han sufrido importantes pérdidas de vivienda debido a desastres de esta magnitud.
El Definido confirmaba en 2013, que "un año después del terremoto, el 60% de las subvenciones ya estaban destinadas, un 35% de las viviendas en proceso de construcción y un 5% estaban listas. Para el segundo año, el 100% de las subvenciones ya se habían destinado y un 67% de las viviendas se encontraban en construcción, mientras un 37% ya estaban terminadas (de éstas el 27% correspondía a reparación y el 10% a viviendas nuevas)".
Conoce a continuación las 10 lecciones de reconstrucción sacadas del 27F, según Berkeley.
1. Aceptar que los desastres crean expectativas y oportunidades. Se necesita liderazgo en el gobierno nacional y local, para gestionar tantos proyectos.
2. Reconocer que los programas y las instituciones existentes tienen el beneficio de tener un personal, procedimientos y líneas presupuestarias propias del lugar.
3. Reconocer que muchos programas existentes no se adaptan a las condiciones de desastre. Por lo tanto, los gobiernos y otros participantes deben estar dispuestos a ser flexibles, adaptarse y desarrollar nuevos programas dentro de las estructuras existentes.
4. Contratar a jóvenes con visión de futuro para ejecutar programas y respaldarlos con políticos experimentados para que sean la cara pública de la reconstrucción.
5. Reconocer que la unidad nacional tendrá una duración de sólo unas pocas semanas o meses y que los desastres requieren un gran esfuerzo de gestión de la información y expectativas.
6. Reconocer que la cooperación entre los niveles nacional y local de gobierno es esencial. Los programas e necesitan el aporte y la cooperación local para tener éxito.
7. Reconocer la necesidad de una atención humanitaria caso a caso, es decir, los procesos para ayudar a las víctimas en todos los problemas que surgen después de un desastre: comida y alojamiento, asistencia médica, cuidado de los niños, trabajos, trabajos alternativos, y principalmente las expectativas.
8. Reconocer que se necesita tiempo para implementar un esfuerzo de recuperación. En el primer año, es posible arreglar la infraestructura básica. Pero una renovación urbana y nuevas instituciones cívicas puede tomar 10 a 20 años.
9. Aceptar que en la reconstrucción de viviendas a gran escala, durante el primer año se ven pocos resultados tangibles. Mientras el proceso de datos de víctimas, los programas y las finanzas están en marcha, se debe mantener a las familias en sus lugares de origen, si es posible. Junto a esto construir una gran variedad de modelos de evolución de hogares para ayudar a las familias que viven en refugios a entender la siguiente etapa que vivirán. Una visión a largo plazo ayuda a explicar la realidad de los tiempos de construcción, así como las metas de recuperación social y económica.
10. Encontrar el equilibrio entre la ayuda del estado y la responsabilidad individual(liderazgo del gobierno y participación de la comunidad) en todos los esfuerzos de recuperación. La asistencia post-desastre debiese permitir que los ciudadanos se recuperen, pero no crea derechos.
Lee el artículo completo aquí y el estudio completo de la Universidad de Berkeley aquí.