La semana pasada se dio inicio a los talleres y conferencias de MVRDV bajo el marco de la Feria del Libro en Bogotá (FILBo), lo que permitió la participación paralela de los invitados en otras entidades universitarias y en la Sociedad Colombiana de Arquitectos. En estas ocasiones las ponencias estuvieron lideradas por Jan Knikker, Jacob Van Rijs en compañía de Giancarlo Mazzanti y Luca Moscelli, quienes desde diversas temáticas encabezaron estos encuentros con el fin de afianzar la prioridad en temas de sostenibilidad, intervenciones urbanas pertinentes para la densificación de las ciudades y la arquitectura como objeto de análisis en el desarrollo del branding en la oficina holandesa.
La conferencia inaugural estuvo a cargo de Giancarlo Mazzanti y Jacob Van Rijs, uno de los fundadores de MVRDV. Bajo el nombre de “Jugando con el espacio: Mecanismos de integración social” cuyo título sólo el arquitecto colombiano se encargó de desarrollar, se describió la alianza que se produjo entre estos dos equipos para su participación en la feria. Mazzanti presentó varios de los planteamientos que articulan su discurso alrededor de la desaparición del autor, la concepción de la construcción progresividad de los proyectos desde la acción participativa de los habitantes y el sistema modular que de acuerdo a las variaciones de ensamblaje, permiten asumir la relación del objeto arquitectónico con el contexto de una manera menos rígida.
La participación de Van Rijs giró alrededor de FILBo y presentó las obras más representativas de MVRDV, haciendo énfasis en Crystal Houses, el último proyecto inaugurado en Ámsterdam. Como producto de un encargo por una inmobiliaria local (Warenar); la intención principal del proyecto fue combinar la herencia holandesa presente en el barrio con una arquitectura más internacional. Si bien la fachada asume una notoria similitud con las edificaciones vecinas, la inclusión del ladrillo de vidrio genera una particular manera de percibir el límite de la fachada al desvirtuar lo público de lo privado. Se mantuvo en la parte superior el ladrillo terracota tradicional y emulando una desintegración de este elemento sólido, se genera un juego en descenso con el material traslúcido permitiendo la desmaterialización visual del muro.
En otros espacios, el periodista y encargado de branding en MVRDV, Jan Knikker, dirigió otros encuentros enfocados en el papel del urbanista en la construcción de identidad en las ciudades, la elaboración de la marca en las oficinas europeas y los principales procesos creativos para algunos de los proyectos existentes y en curso. Inició su presentación con la muestra con un video utópico sobre la ciudad, donde se evidenciaron exploraciones en la concepción del espacio gracias a un nuevo material basado en nanotecnología. Indagaciones que muestran una idealizada experiencia por parte del individuo como modelador de su propio espacio a través de una membrana que va condicionando todo a su alrededor. En un futuro las personas no serán las que se desplacen, sino que la ciudad se adaptará a sus necesidades cotidianas y el espacio estará en constante transformación, explicó Knikker.
A partir de la reflexión desde sus proyectos y su implicación en un contexto urbano específico, Knikker estableció parte del discurso sobre sostenibilidad para la eficacia de sus proyectos, lo que demostró en algunas intervenciones que ya se encuentran en proceso de construcción y otras ideas que están a la espera de ser aprobadas: en Pig City, el plan proyectado para 2050 en Holanda, se busca ser más racional con los recursos alimenticios, al plantear unas estructuras verticales para el buen trato de los cerdos y un mejoramiento programático por medio de granjas urbanas. Mientras en la ciudad Jardín en Almere se planifica un desarrollo costero potenciando la agroindustria, destinando mayores escenarios verdes donde cohabite la vegetación y la población sobre un gran tapete de islas verdes con jardines. Así como en otros proyectos, tales como The Why Factor y The Future City, The Urban Suburb, The Final Slab, Egocity, Freeland, el planteamiento urbano para Oslo y Seúl, Postkyoto, Le City Calculator y Le Program en París, así como proyectos ya finalizados:la Granja de vidrio, Book Mountain en Schijndel y Markthal en Rotterdam.
En cuanto al estudio de marca, Knikker nombró su crucial participación en OMA y como al llegar a MVRDV permitió el mejoramiento de la página web y el perfil de medios para el 2009. Como punto de partida, el análisis sobre el estilo de vida y la recurrencia de los clientes hizo más provechoso los estudios sobre la difusión de la oficina en el mundo. Aunque alejándose cada vez más de lo impreso, las revistas online y Google al tomar fuerza facilitaron los datos de cuánto se lee sobre arquitectura y cuál es la competencia entre las oficinas de esa línea. Así se resalta la incidencia de las publicaciones en revistas, social media y libros especializados o no, como las estrategias que dispara el conocimiento de la marca.
En cuanto al rol del render dentro del marketing de la firma, fue posible esclarecer cómo este elemento desde el lenguaje arquitectónico puede cargar tantos distractores y jugar con el espectador, de dónde se parte para hacer importantes estudios alrededor de la asimilación de la población y el hallazgo de identificación debido a la carga semiótica que hay en ellos.
Por último en la ponencia de Luca Moscelli en la Sociedad Colombiana de Arquitectos primó la presentación minuciosa de los proyectos ya construidos como: Villa Pro en XX; Silodam en Amsterdam, Mirador en Madrid; Parkrand en XX; Wozoco en Rotterdam; Frosilo en Balancing Barn; Didden Village en Róterdam, Rock Magneten en Dinamarca; Lloyd Hotel, Turm Mit, optimierter, Crystal House en Amsterdam.
En cuanto al pabellón de Holanda en la Feria Internacional del Libro, explicó Knikker, la búsqueda de un balance entre Bogotá y Holanda se dio desde la formulación de un entorno urbano dentro del pabellón, como una asimilación de la aldea holandesa, generada por una organización libre, modular y práctica a la hora de construir y deconstruir. Gracias al juego de colores y tapetes se otorgó un carácter distintivo a cada una de las secciones moduladas por las cajas de madera, las cuales se reutilizarán para la contribución a espacios en la ciudad posteriores a la feria con fines educativos y culturales.