En su proyecto semestral en la Escuela de Arquitectura de Yale, los estudiantes Lisa Albaugh, Benjamin Bourgoin, Jamie Edindjiklian, Roberto Jenkins y Justin Oh propusieron un nuevo proyecto de uso mixto para la antigua estación de trenes Bishopsgate Goodsyard de Londres, el sitio eriazo aún sin desarrollo inmobiliario más grande de la capital inglesa.
El equipo de estudiantes elaboró estructuras biomiméticas y escultóricas con reminiscencias al estilo de la fallecida Zaha Hadid para crear un complejo integrado por un rascacielos y una torre residencial, además de una estación de trenes y un parque que se posa sobre los viaductos existentes y los distintos puntos de acceso al sitio.
En ese lenguaje conceptual de torres que se elevan sinuosamente desde el suelo, el equipo buscó responder al imaginario de construcciones repartidas como un gran collage que, según ellos, define el skyline de Londres.
Cada una de las cuatro tipologías del proyecto mantiene una identidad individual pero están mezcladas en un manto que permite la yuxtaposición de programas en una escala urbana. En este sentido, según los estudiantes, el vivir, trabajar, recrearse y transportarse pueden coexistir dentro del complejo inmobiliario.
A través del estudio de materiales, el equipo se cuestionó la necesidad y deseo del núcleo tradicional de la torre como tipología, eligiendo en lugar de quebrar con los elementos cruciales (estructura, ascensores, escaleras y sistemas mecánicos) una serie de bandas individuales para cada uno de ellos.
Cuando se articulan fuera del edificio, estos elementos le dan al rascacielos una apariencia única tanto a nivel de calle como a nivel del skyline de la ciudad, pues nunca se vería igual desde dos puntos de ángulos distintos. Esto también libera el centro de la torre, permitiendo el cruce de vistas, iluminación y aire, tópicos que generalmente no son vistos en los rascacielos tradicionales.
En la base del proyecto, el cambio de escala permite difuminar distintos programas: desde unidades residenciales a hoteles; desde oficinas corporativas a star-ups; y desde grandes cadenas comerciales hasta cafeterías. Los accesos permiten el paso a las zonas públicas y permiten ser los puntos de descarga de las bandas estructurales y funcionales que dan a los edificios su carácter, inspirados por el legado de Zaha Hadid.