Cada veinte años, la ONU celebra una conferencia internacional sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sustentable. En su tercera edición, y por primera vez en Latinoamérica, Quito (Ecuador) recibió en octubre la tercera edición de Habitat, donde los delegados de 193 países miembros de la ONU discutieron sobre el futuro de las ciudades.
Con motivo del evento internacional, el actual director de ONU-Habitat, Joan Clos, conversó con el periódico colombiano El Tiempo sobre los principales desafíos que enfrentan las urbes, enfatizando el rol del Estado en la planificación urbana. "En Nueva york no dejan de hacer negocios porque hay normas; al contrario, los hacen porque allí la definición de espacio público es absoluta y radical".
En medio de una burocratización del Estado y una respectiva consolidación de las autoridades locales, Clos pone paños fríos al asunto: "La moda es decir que los alcaldes lo van a arreglar todo, pero el Estado es quien establece las normas, define las políticas de vivienda, las medioambientales, el salario mínimo y la financiación de los ayuntamientos, y todo esto afecta la vida cotidiana de los ciudadanos".
El ex alcalde de Barcelona entre 1997 y 2006 también advierte que tanto el Estado como las ciudades deben entender el error que significa entregarle la planificación urbana (o la ausencia de ella) al mercado inmobiliario. "Ellos no tienen por qué saber sobre vías públicas porque es un servicio colectivo y no de un proyecto urbanístico. Se les delega a ellos por incapacidad del Estado", comenta.
A medida que las tasas de urbanización se consolidan en Latinoamérica, África y Asia, la problemática de la vivienda y su ubicación, Habitat III abordó sus respectivos desafíos y la postura que defiende la organización internacional:
Hay que volver a poner la vivienda en el centro de las urbes. Y esto se puede conseguir si lo persigues y lo consideras [...] La construcción en la periferia tiene como consecuencia que la ‘mancha urbana’ crece, y la dispersión disminuye la productividad de las urbes [...] La mayoría de ciudades del mundo han pasado por ahí. Entre los años 60 y 70, la población migró a la periferia. Cuando se vieron los efectos perniciosos sobre los costos, en los años 90 y 2000 hubo retorno al centro. Darle la vuelta al centro requiere una intervención que incluye cambiar la reglamentación.
Lee la entrevista completa en El Tiempo.