Autoconstrucciones es un proyecto de arte público que presenta su primera intervención: "No todo lo que brilla es oro", una instalación artística trabajada por el artista cordobés José Luis Torres y curada por Mercedes López Moreyra.
La obra, fotografiada por el arquitecto Gonzalo Viramonte, conecta el Museo Palacio Ferreyra con su Parque, el cual abrió sus puertas por primera vez el 21 de octubre, inaugurando este nuevo espacio a todos los cordobeses y turistas.
El proyecto, instalado en el parque hasta enero del 2017, propone nuevas formas de habitar el espacio desde el arte. Busca intervenir diferentes ámbitos en donde el espacio público sea el terreno para desarrollar un punto de inflexión. Cada una de las experiencias interpelará al público y su contexto: urbano, arquitectónico, natural, social y cultural, para explorar los mecanismos de construcción/deconstrucción de su identidad.
La primera intervención “No todo lo que brilla es oro”, se desarrolla en el contexto urbano e histórico de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Córdoba, cuyo parque era un sitio “inaccesible” para los ciudadanos. La obra está en relación directa con su contexto, buscando integrar el arte contemporáneo a la vida urbana, social y cultural de los ciudadanos.
“No todo lo que brilla es oro” esta compuesta por una gran estructura tubular de andamios y caños bañados de dorado.
El color oro simboliza, entre muchas cosas, la glorificación de un objeto, hecho, acción o personaje. El andamio es una estructura auxiliar, una construcción provisional, precaria y a veces casi de urgencia. Pero cuando algo esta «entre andamios» es símbolo de construcción y de proceso.
La relación entre el color oro y la materia prima de la instalación (el andamio) es justamente la reflexión a la que se busca llegar desde la contradicción.
¿Cómo dos elementos “opuestos” en su simbología cultural y funcional, pueden imantarse y autoconstruir una estructura esquelética que sale del Museo y se conecta con el parque?
La intervención funciona como nexo entre el museo y el parque, entre lo público y lo privado, lo exquisito y lo cotidiano, el oro y el andamio. Es un canal, una excusa, un medio diferente para fomentar la apropiación de este nuevo espacio.
La obra mide 8 metros de alto por 16 metros de largo y está construida básicamente con andamios tubulares y rotulas metálicas. En este caso el material elegido para construir la instalación escultórica se muestra como un símbolo poético ligado a la ciudad, moderna, inestable, provisional y en permanente cambio.
El andamio tubular funciona en un primer lugar como estructura auto portante que permitió al artista trabajar las diversas alturas y formas deseadas, pero al mismo tiempo para componer en el espacio su configuración orgánica y viral a través de múltiples entrecruzamientos, intersticios y diagonales.
Además el proyecto va a realizar diferentes actividades como herramientas de vinculación y apropiación del espacio durante los meses que la intervención este presente. Se dictarán clases de Yoga por la profesora y directora de SATYA, Claudia Vieytes.
Este proyecto se pudo realizar gracias al apoyo indispensable de PINTECORD, a la importante colaboración del Consejo de cultura de Canadá y Quebec, TIGRE y La Bolsa de Comercio de Córdoba. También al valioso aporte del Hotel de la Cañada, Sissi Tienda Bar, Kube Aparts, Saniplast y Enas.