- Área: 196 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Pim Schalkwijk, Juan Sánchez Cano
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Proveedores: Osel, Productos Metálicos Carrera, Retrofurnish, Tecnolite
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto para este bar debió ceñirse estrictamente a la naturaleza propia del edificio y a su catalogación como Monumento Histórico determinada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Esta catalogación no permite la modificación del inmueble, debiendo recuperar los elementos arquitectónicos existentes y ejecutar el proyecto con absoluta fidelidad a la obra original.
En este sentido, se procedió a la recuperación de una balconada en fachada que había sido modificada años atrás; restauración de puertas existentes en los casos que fue posible y sustitución por réplicas en los que o bien no existían o su estado era irrecuperable; reconstrucción de dos techos a imagen y semejanza de los originales; recuperación íntegra de pisos originales; repetición de acabados en paredes; e introducción de elementos constructivos de refuerzo ocultos como cerramientos y columnas de concreto armado. Para el área exterior, el criterio aplicado fue la consolidación de los espacios tal y como se hallaron, conservando las huellas que el paso del tiempo ha provocado en el edificio.
Los nuevos usos del inmueble quedan pues condicionados a la construcción original y no a la inversa. La ubicación de la cocina y su distribución, el área de bar, sala y comedores, etc. se adaptan rigurosamente a las estancias del inmueble y sus circulaciones, dando como resultado un bar que si bien, pudiera no responder estrictamente a las tipologías más convencionales de su género, se convierte en un espacio lleno de peculiaridad y carácter propio, provocando vivencias y recorridos notablemente sorprendentes para el visitante, nacidas de la secuencialidad del edificio y respeto pleno del proyecto de remodelación. Un escenario a 40 metros visible desde la calle, estancias que se descubren mientras se pasea por la casa, un bar completamente abierto, una alacena transitable, una cocina abierta al jardín.
Ante la imposibilidad de incorporar las baños y servicios al edifico original, estos debieron construirse en el patio del fondo y con la complicada tarea de sumar elementos contemporáneos a una construcción antigua. Se optó por el empleo del concreto aparente tal y como con gran acierto, otros arquitectos de la región trabajaron con anterioridad proyectos similares. Este módulo de servicios, alberga una bodega, una oficina y los aseos para mujeres, personas con necesidades especiales y hombres.
El interiorismo del proyecto se viste con una estética industrial/rústica, con uso exclusivo de hierro y madera evitando el empleo de materiales no relacionados con la época y la naturaleza del edificio. Las instalaciones se plantean vistas, enfatizando la estética industrial y evitando el deterioro que su ocultación supondría sobre las paredes de piedra original.