- Área: 230 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Lorena Darquea
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Proveedores: Ecopak, Ecuaroofing, Ideal Alambrec, Quito Hormigones
Descripción enviada por el equipo del proyecto. No botar nada. Esa fue la primera premisa de la propietaria para su nueva casa en Guayllabamba. El Patchwork, además de su trabajo, es su filosofía de vida; de modo que busca reciclar todo lo que puede. La segunda condición es que la casa debe resolverse en un solo nivel, por motivos de comodidad para ella y su madre, que será su próxima vecina a pocos metros de su casa.
Estas dos condiciones establecen la línea de diseño de proyecto. Todos los recursos y decisiones posteriores parten de no deshacerse de nada y aprovechar lo que se tiene.
En primer lugar, la búsqueda de un solo nivel conlleva a un desalojo de tierra considerable. La tierra amontonada entonces, se convierte en la estructura y mampostería del proyecto. Por otra parte, casi la totalidad de la ventanería y mobiliario interior se recicla de la casa antigua de la propietaria. Todo se reúsa en el nuevo proyecto a manera de parche: varios elementos -que aparentemente no pueden acoplarse a la propuesta o no tienen más vida útil- se unen a través de diferentes sistemas. Las ventanas se juntan entre si y se adaptan a las columnas de madera y paredes de tierra, puertas restauradas cuelgan de soleras de hormigón, muebles repintados y rehabilitados cambian y se adaptan a nuevos espacios y algunas rejas viejas forman parte del nuevo jardín exterior.
De este modo, muros de tapial de tres metros de alto se levantan formando una C por rigidez estructural, elemental en la construcción con tierra. Los muros en C abrigan los espacios privados de la casa, cerrándose con las ventanas y puertas reutilizadas de la casa antigua. Por un lado, el taller, el dormitorio y un cuarto para mascotas, espacios que le permiten retraerse aún cuando la casa está llena. Son espacios que se abren a un jardín privado mediante una mampara hecha como un collage de ventanas recicladas. Por otro lado, los cuartos de los hijos o de algún huésped ocasional, concebidos como espacios mínimos de descanso.
Entre las dos áreas privadas, se encuentra el espacio familiar, la franja más importante de la casa. Este espacio se proyecta hacia el paisaje y la zona de recreación exterior, donde las actividades familiares se relacionan de cerca con la naturaleza. Los interiores de la casa se pintan de blanco para resaltar las obras de patchwork que eventualmente se exhibirán.
La cubierta se resuelve a través de un sistema de cerchas y pilares de madera de colorado con una loseta a dos aguas. Varios puntos de luz cenital se abren para iluminar los cuartos de los hijos y el paso hacia la zona privada de la propietaria.
Las áreas exteriores se enriquecen del extenso jardín de aguacates y chirimoyas. Los acabados exteriores son mínimos, tierra vista, adoquín y las ventanas recicladas sobre los pilotes de madera.