Observando el paisaje arquitectónico hoy en día es claro que el tipo de trabajo que actualmente está ascendiendo, particularmente entre las oficinas jóvenes, es muy diferente a lo que fue antes de la crisis financiera del 2008. Pero, ¿cómo es exactamente ese paisaje arquitectónico? En un ensayo titulado "Ya bien entrado en el siglo XXI", en la última edición de El Croquis, Alejandro Zaera-Polo esbozó una taxonomía de la arquitectura del siglo XXI, tratando de definir y categorizar las nuevas formas de ejercer que han crecido en popularidad en los años desde, y como respuesta política a, la crisis económica.
Las categorías definidas por Zaera-Polo abarcan siete amplias posiciones políticas: los "activistas", que rechazan la dependencia de la arquitectura de las fuerzas del mercado, operando en gran medida fuera del mercado, centrándose en proyectos de construcción comunitaria, participación directa en la construcción y estrategias de financiamiento no convencional; luego están los "populistas", cuyo trabajo está calibrado para reconectarse con la población gracias a un enfoque mediático y esquemático de la forma arquitectónica; los siguientes son los "nuevos historicistas", cuya respuesta al "fin de la historia" aclamado por el neoliberalismo es un acogimiento del diseño históricamente informado; los "escépticos", cuya respuesta existencial al colapso del sistema es en parte un retorno al discurso crítico posmoderno y en parte una exploración de la contingencia y el juego a través de una arquitectura de materiales artificiales y colores brillantes; los "fundamentalistas materiales", quienes volvieron a un uso táctil y virtuoso de los materiales en respuesta al espectáculo visual de la arquitectura pre crisis; los practicantes de "austero chic", una especie de "código" arquitectónico (que tomó prestado un término de la industria de la moda) que se centra principalmente en el proceso de producción y el comportamiento resultante de la arquitectura; y finalmente el "tecno-crítico", un grupo de oficinas que produce en gran medida la arquitectura especulativa, cuyo trabajo se basa, pero simultáneamente siendo crítico, del parametricismo basándose en datos de sus predecesores.
Como complemento de este ensayo, Zaera-Polo y Guillermo Fernández-Abascal se propusieron aplicar las nuevas categorías definidas a las prácticas emergentes de hoy con un matizado diagrama de "brújula política". Invitaron a las oficinas a responder a su categorización para desvelar las complejas interdependencias y autoimagen de estas posturas políticas. Por primera vez, aquí ArchDaily publica los resultados de este ejercicio.
Durante el último decenio ha habido un creciente interés en el debate arquitectónico sobre la posibilidad de un reencuentro político de la disciplina, un tema que había estado notablemente ausente del debate disciplinario desde los años 70, pero que parece estar de vuelta en el centro de atención.
Basado en las categorías políticas esbozadas en el texto "Ya bien entrado en el siglo XXI", publicado en El Croquis 187, y profundamente inspirado por el infame diagrama de Charles Jencks en Arquitectura 2000, nos propusimos hacer un mapa sincrónico de las emergentes oficinas arquitectónicas contemporáneas .
Hemos seleccionado 181 oficinas emergentes a nivel mundial, las cuales hemos ubicado en un dial donde las categorías políticas fueron establecidas, tratando de establecer sus adyacencias con cierto sentido de continuidad. A partir del Tecno-crítico, nos movemos en el sentido de las agujas del reloj al Tecnocrático, luego al Cosmopolítico, luego a la Austeridad-chic, Activistas y luego a los Fundamentalistas Materiales, Constitucionalistas, Historicistas, Revisionistas, Escépticos y finalmente a los Populistas.
Metodología
Mapeamos las oficinas arquitectónicas emergentes siguiendo sus inclinaciones políticas estimadas dentro de un campo circular comprendido en el dial. Si bien había una adyacencia interesante entre las diferentes categorías políticas, y podíamos colocarlas muy bien alrededor del campo circular, algunas de ellas tenían que colocarse en adyacencias menos evidentes.
Las dificultades para posicionar las oficinas son evidentes: algunas de ellas a menudo se unían a categorías no adyacentes, por lo que eran difíciles de localizar. Las prácticas no son homogéneas y a veces cambian de posición entre proyectos y a veces, entre socios. Sin embargo, tratamos de situar en el mapa cada una de las oficinas emergentes que considerábamos significativas según nuestro juicio, el cual es obviamente limitado. Esta es la versión 0.1, por lo que esperamos hacer iteraciones posteriores donde se podría usar una técnica de mapeo diferente, por ejemplo se pueden incluir categorías adicionales o información más precisa sobre las oficinas.
Luego pedimos a todas las oficinas que hicieran una auto evaluación, para que pudiéramos ver la desviación entre nuestra ubicación estimada y la deseada. Enviamos a las oficinas una lista de las categorías políticas y la brújula vacía, borrando los nombres de las prácticas que habíamos localizado, para que pudieran posicionarse sin verse afectadas por la proximidad de otras prácticas o por nuestra propia hipótesis sobre su ubicación.
Les pedimos que se posicionaran en el mapa: cuanto más cerca se ubican al borde exterior de la brújula, más ortodoxos se consideran respecto a la categoría vecina; cuanto más se acercan al centro del círculo, más hibridizados se consideran.
Análisis de datos
- 101 oficinas participaron en la autoevaluación (56%).
- El 50% de las oficinas se colocaron gráficamente. La otra mitad parecía estar más cómoda con una descripción verbal de su posición con respecto a las categorías.
- 15% coincide casi exactamente con nuestra localización hipotética.
- 20% se ubicaron cerca de nuestra ubicación hipotética, tendiendo en su mayoría hacia el centro o hacia categorías vecinas.
- 20% se ubicaron en un lugar diferente, con una tendencia general hacia una localización más central y hibridizada, muchos de ellos apuntando hacia la categoría "Cosmopolítica".
- 10% se situaron en una zona opuesta.
- 5% dijeron que no encajan en ninguna de las categorías, y propusieron categorías alternativas para su propia práctica. "Utópico" y "pragmático" son algunos de los motivos políticos solicitados que no estaban disponibles.
- El 5% quería estar en dos categorías o en superposiciones que no estaban disponibles actualmente en el mapa.
- <5% sugirieron diferentes posiciones para cada uno de los socios.
- 5% pidió un cambio de su ubicación política después de ver nuestra hipótesis de la brújula completa.
- <5% distribuyeron sus proyectos en el mapa diciendo que cada proyecto tiene una postura política diferente y no hay una postura política global en su oficina, ya que está relacionada con la situación específica del proyecto.
- <5% estaban contentos con cualquier posición que les diéramos.
- <5% describieron su oficina según cómo abordan cada categoría.
- <5% proporcionaron coordenadas específicas de su ubicación o sugirieron que un diagrama geométrico más preciso podría simplificar su respuesta.
- 5% expresó su interés pero no envió ninguna respuesta.
- 5% mostraron gratitud por incluirlos, pero se negaron a participar debido a que estaban muy ocupados o porque consideraban que el experimento era inadecuado para captar la profesión, era irrelevante, o pensaban que las categorías eran subjetivas, imprecisas y disputadas.
Conclusiones
Hay una renuencia lógica en las oficinas de aceptar nuestra categorización. Dado el resurgimiento actual de la política en la arquitectura, esperábamos que las oficinas emergentes tuvieran una postura más ideológica que la generación anterior. En su lugar, nos dimos cuenta de una negativa general a tomar una postura clara. Quizás nuestras categorías no eran suficientemente variadas. Algunas prácticas solicitaron la categoría "utópica" que faltaba en el texto de referencia, y las categorías que se ofrecen. Esto fue particularmente cierto para los de las categorías de los activistas y los populistas. Hemos excluido el utopismo simplemente porque no creemos que ninguna de las prácticas incluidas pueda considerarse verdaderamente utópica. Creemos que pueden haber prácticas utópicas en la arquitectura de hoy, pero rara vez dentro de la selección de arquitectos que hemos adoptado para nuestro análisis.
Hubieron varias solicitudes de un grupo "pragmático", como si Realpolitik todavía estuviera activo y dentro de la generación emergente, a pesar de la reivindicación general por una oficina de arquitectura más "comprometida". Habíamos evitado deliberadamente el pragmatismo como una opción política, ya que era una de las reivindicaciones más comunes de la anterior generación de prácticas "neoliberales", y parece implicar la falta de una fuerte convicción ideológica como motor de la oficina. Sin embargo, varias oficinas parecen reclamar el pragmatismo como una postura política, incluso refiriéndose a autoridades como Latour, Marres, etc. Tal vez debería hacerse una diferencia entre la política ideológica y la táctica en nuevas versiones de este experimento. Muchas de las oficinas tienden a expresar un deseo de avanzar hacia el centro de la tabla, para permanecer en una posición más ambigua, incluyendo aquellas posiciones que afirmaron que cada proyecto desarrolla su propia postura política. Algunos incluso afirmaron que cada socio tiene una postura política diferente, lo cual es probablemente cierto e interesante.
Aparte de la tendencia hacia el centro, "activismo" y "cosmopolitismo" son algunos de los lugares más codiciados para las oficinas emergentes. Los situados en el área "populista" no estaban de acuerdo con su ubicación y solían quejarse de una simplificación excesiva de su posición. Esto puede muy bien ser cierto, ya que el populismo es más un estilo de entrega y nosotros mismos creemos que, aunque puede ser predominante en algunos casos, probablemente podamos tener populistas entre los "cosmopolíticos", los "activistas" o los "fundamentalistas materiales".
Las oficinas que hemos ubicado en el "fundamentalismo material" o en el "cosmopolítico" tendían a no responder al experimento por un amplio margen. Lo mismo ocurre con los que posicionamos dentro de los defensores de "activismo" y "austeridad". Eso parece estar en consonancia con su postura política de priorizar el edificio en sí mismo, el cosmos o el compromiso con la comunidad ...
La Brújula Global no fue tan global como queríamos: no logramos involucrar un número suficiente de oficinas asiáticas, a pesar de su peso desproporcionado en la producción global de la construcción en comparación con otras regiones del mundo. El escaso compromiso de las prácticas asiáticas en el estudio puede ser un índice de una desconfianza general en la política arquitectónica, o tal vez la renuencia a comprometerse con una posible perspectiva política demasiado occidental.
El 80% de los colaboradores expresaron una actitud positiva hacia la clasificación. Incluso algunos de los que se negaron a participar en la misión calificaron el experimento como "agradable", "intrigante", "asombroso", "maniático", "genial", "divertido", "muy genial", "super interesante" o "fascinante", y parecían gustarle el hecho de que una revista más conocida por monografías de arquitectos establecidos estuviera dispuesta a abrir este debate. A todos los que participaron en el experimento, en cualquier forma, nuestra más profunda gratitud. Esperamos continuar con todos ellos el debate que se inició aquí, para producir versiones más sofisticadas de este mapa.
