Para el proyecto final de Maestría en la Universidad de Alcalá (España), Saúl Ajuria Fernández, se proyecta al futuro e imagina una nueva red de infraestructura dedicado al transporte de mercancías con un sistema de Aeronaves Tripuladas Remotamente en las zonas urbanas. Tras el análisis de la actividad de reparto de paquetería y al haber observado un aumento exponencial en los años por venir, Ajuria detecta una oportunidad en el desarrollo de infraestructuras de reparto en ámbitos urbanos.
Ajuria decide ubicar el proyecto en el Nodo Sur de la carretera M-30 en Madrid, caracterizado como un “vacío urbano en desuso”, poseyendo un fuerte potencial debido a su comunicación directa con la carretera, que permite cubrir la repartición en todo el centro de la ciudad.
El proyecto busca ser innovador, diseñando “nuevos sistemas de distribución, nuevos elementos para recepción de paquetería una nueva infraestructura que libera las existentes”, un propósito que hace eco al concepto de ‘Arquitectura en el cielo’ de Norman Foster.
Al ser una arquitectura de procesos y esperando optimizar el funcionamiento del sistema, Ajuria opta por una formalización esférica que “favorece, en primer lugar, la distribución y gestión de paquetes y en segundo lugar, el vuelo de la aeronave, evitando la aparición de turbulencias”. En esa línea, la ubicación y el diseño de la estructura definen también formalmente el proyecto generando un un patio central aportando luz al interior de la infraestructura. Esta es una solución drástica y futurista que nos hace reflexionar como las nuevas tecnologías están transformando el espacio urbano de las ciudades del siglo XXI.
Descripción oficial: se enfoca el proyecto en la actividad de reparto de paquetería, de la cual se presume un aumento exponencial en los próximos años, debido, entre otros, a la compra de artículos por internet. Teniendo en cuenta que el 80% de los envíos pesa menos de 2 kilos y tiene un volumen inferior a una caja de zapatos, se opta por proponer el uso de drones como vehículo de transporte, lo que permite conseguir grandes beneficios en tiempo y costo de los envíos. De igual modo se liberan las infraestructuras existentes.
Este trabajo tiene como objetivo proyectar un edificio y una nueva red de infraestructura que posibilite el transporte de mercancías con Vehículos Aéreos Controlados Remotamente en ámbitos urbanos.
Se decide ubicar el “Urban Droneport” en Madrid, en un solar dentro del Nudo Sur de la M-30, que se caracteriza por ser un vacío urbano en estado de desuso y con numerosos potenciales usuarios de esta nueva red en un radio cercano. Ubicarse en el nudo viario permite una comunicación directa con las vías rápidas para la conexión del edificio con las centrales de transito de las distintas empresas de paquetería y al mismo tiempo, da la opción de replicar el proyecto en el resto de nudos viarios, permitiendo cubrir toda la almendra de la ciudad.
Debido a la localización del edificio en un ambiente agresivo, ruidoso y con alta contaminación se decide aislarlo del entorno y volcarlo a la relación interior, potenciada por un patio central que permite la entrada de luz y la relación visual entre las distintas plantas. La ubicación y diseño de la estructura también van en la misma línea y permiten liberar el espacio interior. De igual modo, los hangares contribuyen al aislamiento del entorno constituyendo la piel exterior del edificio.
El programa del “Urban Droneport” consta de un Centro Logístico y un Instituto Estatal de Desarrollo de Tecnología asociada a RPAS. El proyecto se basa en una arquitectura de proceso, que optimice el funcionamiento del sistema y contribuya a potenciar todos los aspectos para el desarrollo de la nueva infraestructura. Tras un análisis de dichos procesos se opta por una formalización esférica, que posibilita desarrollar plantas y secciones circulares, favoreciendo de este modo tanto la distribución y gestión de paquetería como el vuelo de las aeronaves evitando la aparición de turbulencias.
Centrándonos en los aspectos constructivos y estructurales del edificio, rigen los siguientes principios: prefabricación, modularidad y racionalidad. Se busca minimizar los elementos y los tipos de uniones y se opta por una estructura metálica con uniones secas que permite tanto el montaje y desmontaje de la misma, como su ampliación o modificación.
La configuración de los hangares para los drones se basa en sistemas de almacenamiento industriales y es independiente de la estructura principal, lo que permite la modificación de las dimensiones de estos según las necesidades. En las puertas de los hangares se diseña un sistema de concentración y ampliación de los rayos solares que permite la obtención de energía fotovoltaica, cubriendo así gran parte de la demanda energética del edificio.
Para hacer factible el funcionamiento de este nuevo sistema de transporte se diseña una nueva red de infraestructura que, junto al “Urban Droneport”, se adecua a la ciudad existente. La red se basa en tres actuaciones: en primer lugar, el aprovechamiento de la ciudad como un mapa tridimensional que nos permite generar esta nueva red desligada físicamente de las existentes en la actualidad. En segundo lugar, la instalación de elementos puntuales en las edificaciones que integren la ciudad existente con la nueva red.
Por último, el diseño de los elementos de entrega y recogida de paquetería que responden a dos casuísticas: en edificaciones accesibles por fachada se realiza mediante unos buzones individuales y, en edificaciones que no son accesibles por fachadas se realiza mediante unos buzones comunitarios que pueden ubicarse en la azotea del propio edificio o en un espacio público aledaño.
Finalizando, se destaca que esta nueva infraestructura permite establecer otras conexiones diferentes e independientes de la red del transporte de paquetería con fines comerciales, como puede ser una red sanitaria de emergencia entre centros de salud y hospitales o redes de seguridad ciudadana.