A un año de la muerte de Zaha Hadid, nos gustaría recordar una de sus tempranos sellos característicos en su carrera como arquitecta; sus croquis.
Hace un tiempo hicimos una publicación con una recopilación de sus principales pinturas como herramientas de representación arquitectónica en el proceso creativo de sus obras. En esta oportunidad hemos realizado una selección de sus más emblemáticos croquis, como ejercicio de pensamiento formal inicial en el proceso de diseño.
Entendiendo el dibujo, ya sea a mano o digital, como resultado del proceso personal de pensar un proyecto y marcar una guía de desarrollo general, mediante el uso de trazos de diferentes características e intensidades. Podemos decir que cada croquis es reflejo personal del método de pensamiento de su autor, un sello único no solo formal, sino también en su planteamiento teórico al mostrar los rasgos importantes para el autor en las etapas de diseño. Hay arquitectos que utilizan el croquis para especificar detalles y crear a partir de eso, algunos marcan la tendencia formal de una obra a través del dibujo, y por ejemplo otros dibujan el contexto para imaginar la ubicación específica de un proyecto.
Los particulares y únicos bosquejos de Zaha nada tienen que ver con visiones concretas de lo que será un proyecto. Muy por el contrario, sus dibujos están profundamente influenciados por su admiración hacia la 'abstracción artística'. Su belleza radica en la capacidad de libertad formal que busca explorar y experimentar formas de aproximarse al diseño. Sus dibujos son ensayos de forma, conceptos espaciales, composición, sistemas constructivos, estructura, relación con el contexto, entre otras cosas. Son una invitación a utilizar la libertad que nos da el dibujo para explorar conceptos específicos de diseño.