Radicado en París hace 55 años y con una prestigiosa trayectoria tanto en Francia como en Chile, el arquitecto Borja Huidobro conversó con el periódico El Mercurio. El Premio Nacional de Arquitectura 1991 repasa los hitos de su vida, desde su aventura a París sin siquiera saber francés, su encuentro con Alejandro Aravena en Chile, su visión sobre los 'guettos verticales' y, según él, la adoración chilena a lo feo en la arquitectura. "Creo que es por falta de cultura más que por educación. El paisaje en Chile es lo mejor que tenemos, pero las ciudades están mal", dice Huidobro.
Huidobro se radicó en París en 1962. Cinco años más tarde, llamó la atención de la prensa con su propuesta (no ganadora) para la alcaldía de Amsterdam. En los años ochenta, junto a Paul Chemetov, diseñó la Embajada de Francia en India y el Ministerio de Finanzas (1989). También está detrás de la Biblioteca Regional de Montpellier y la restauración de la Gallerie de L'Evolution (1994), en el Museo de Historia Natural de París.
El mismo año que se inaugura el Ministerio de Finanzas, Huidobro es nombrado Caballero de la Orden de la Legión de Honor y Oficial de Artes y Letras, por François Mitterrand. Sobre los reconocimientos en vida, el chileno afirma:
Puedo hacer como que los premios me dan lo mismo. Porque ya tengo el papel. Esa es mi parte de mentiroso, puedo hacer como que no me importa... pero la verdad es que nadie nunca me ha pedido hacer algo como arquitecto por mis premios.
Respecto a una posible ambición por el Premio Pritzker, responde:
No sé quién inventó que el Pritzker es el Nobel de los arquitectos. Alguien lo inventó, un americano para que sea más glorioso que otro. Porque entonces inmediatamente lo tiras a todo el mundo y quedas climbing. ¿Para qué sirve? ¿Te hace más inteligente? No. ¿Te hace hacer mejor arquitectura? No.
Y sobre su encuentro con Alejandro Aravena, Premio Pritzker 2016 y primer chileno en obtener el reconocimiento:
[A Aravena] le dije: "No te olvides de una cosa: tú no puedes tener un premio superior al que tienes. No existe en arquitectura. Ahora debes trabajar desde la excelencia en los 30 o 40 años que vienen. ¿Eres capaz de mantener ese ritmo allá arriba? Por 40 años, el mejor arquitecto; eso tienes que hacer ahora. Ese es tu desafío, el Pritzker".
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