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Arquitectos: Snøhetta
- Área: 8365 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Boegly + Grazia photographers, Dan Courtice
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El nuevo Centro Internacional de arte rupestre de Montignac (Francia) da la bienvenida a los visitantes a una inmersiva experiencia educativa de las pinturas rupestres prehistóricas de Lascaux. Conocido por los arqueólogos como la "Capilla Sixtina de la prehistoria" debido a su significado espiritual e histórico, las pinturas de 20.000 años de antiguedad están entre los mejores ejemplos conocidos de arte del período paleolítico. Los arquitectos Snøhetta y SRA, junto con el escenógrafo Casson Mann, trabajaron en estrecha colaboración con un equipo de arqueólogos para crear un museo holístico y una experiencia educativa. Como centro de interpretación con tecnología de narración experiencial de última generación combinada con un facsímil de las cuevas, Lascaux IV ofrece a los visitantes la oportunidad de descubrir las cuevas de una manera única que revela una sensación de asombro y misterio, como si ellos también fuesen el primer grupo de aventureros que se encontraron con las pinturas rupestres.
El nuevo Museo de las Cuevas de Lascaux IV está situado en la intersección de dos paisajes únicos, entre una ladera protegida y boscosa, y el valle agrícola de Vézère. El diseño de Snøhetta concibe el museo como un corte fino en el paisaje, invitando a los visitantes a un curioso mundo de prehistoria. Enmarcando la experiencia de la réplica de la cueva en el diseño contemporáneo, el enfoque contrarresta la trampa potencial del artificio: la materialidad y la geometría del enfoque permiten al visitante entender que están en presencia de una reproducción, sin distraer del poder de su impacto. La forma y la materialidad del museo tienen una expresión monolítica y sobria, dialogando con la naturaleza circundante y las masivas formaciones rocosas incrustadas en la colina, con un nuevo paisaje público y agrícola que se despliega a su alrededor.
La experiencia del visitante es cuidadosamente secuenciada. Comenzando en el vestíbulo, los visitantes suben por un ascensor hasta el mirador en el techo, donde se puede disfrutar de una magnífica vista panorámica de Montignac y el valle del Vézère. Luego bajan una pendiente suave hacia el facsímil de la cueva, que sigue la inclinación del techo hacia el borde del bosque hasta llegar a la entrada de la réplica. El sendero serpenteante a través del paisaje y el descenso gradual facilita una transición mental a través del tiempo y el espacio, creando una experiencia similar a la de los primeros descubridores de la cueva en 1940.
Dentro del facsímil de la cueva, la atmósfera es húmeda y oscura, recreando la humedad dentro de las cuevas. Los sonidos son amortiguados; la temperatura desciende a unos 16 grados Celsius. Esta secuencia está dedicada a la contemplación, permitiendo a las personas una experiencia del santuario que alguna vez fue. Las luces parpadean igual que las lámparas de grasa animal de los tiempos paleolíticos, revelando las capas de pinturas y grabados en la superficie de las paredes.
La réplica de la cueva fue desarrollada a través de las tecnologías más avanzadas de escaneo láser 3D y vertido, para replicar la forma original de la cueva a una tolerancia de 1 milímetro. Después de la construcción, las cuevas fueron sometidas a un cuidado proceso analógico: 25 artistas pasaron 2 años pintando a mano 900 metros de reproducciones de roca de resina. Para garantizar el más alto nivel de precisión, los artistas utilizaron los mismos pigmentos que los pintores prehistóricos usaron hace 20.000 años para recrear las 1900 pinturas y grabados que adornan las paredes de Lascaux IV.
Al salir del facsímil, los visitantes llegan a un espacio de transición conocido como el Jardín Cueva. Este patio ofrece una oportunidad para reajustarse al contexto exterior después de la intensa experiencia visceral y emocional de la réplica de la Cueva. La relación con el cielo, la presencia de las plantas y el sonido del agua que fluye enmarcan este momento.
A lo largo de todo el museo, la experiencia del visitante configura un equilibrio entre las diferencias en las atmósferas, la luz y las intensidades, desde los espacios de exposición cerrados ubicados en la colina hasta el vestíbulo lleno de luz y los espacios de transición. La yuxtaposición entre el descenso y el ascenso, dentro y fuera, la tierra y el cielo, o la naturaleza y el arte, evocan la experiencia análoga de las cuevas.
La zona de orientación entre los múltiples espacios educativos está iluminada por una fisura de luz natural desde arriba, creando una zona tranquila y contemplativa para que los visitantes se reestablezcan y descansen entre exposiciones, así como un punto de encuentro social donde los visitantes puedan reunirse.
El centro interpretativo que sigue ofrece exposiciones interactivas para enseñar la rica historia del Valle del Vézère y pinturas rupestres. Las instalaciones de Casson Mann se complementan con experiencias de aprendizaje digital, empleando nuevos dispositivos tecnológicos y pantallas interactivas para ofrecer los hallazgos de las más recientes investigaciones de expertos de la prehistoria y arqueólogos.
Los visitantes pueden participar con un dispositivo conocido como el "Compañero de visita" especialmente diseñado para el museo. El dispositivo digital interactivo (CdV) libera los espacios de la galería de los paneles de texto - mezclando arte, historia, cultura y contemplación, ofreciendo capas de información adicional y vistas hacia la realidad virtual del pasado.
El primer espacio de exposición en el centro interpretativo es El taller (L'Atelier de Lascaux), con 8 fragmentos colgantes de la pared de roca, donde los visitantes pueden examinar las pinturas más de cerca. Este espacio también proporciona información sobre la historia de las cuevas, su descubrimiento, por qué la verdadera cueva está cerrada y cómo trabajaban los artistas de hace 20.000 años.
El teatro de arte rupestre presenta una obra de tres actos con luz, sonido, películas y objetos para dar vida a la historia del arte rupestre de Lascaux. En el cine, los visitantes usan gafas estereoscópicas 3D para una película 3D en un viaje digital a través de la cueva.
En la Galería de la Imaginación, los visitantes pueden explorar la influencia del arte rupestre prehistórico en artistas modernos y contemporáneos. La curaduría de este contenido estuvo a cargo de John Paul Jouary, profesor, filósofo y autor, cuyo trabajo se dedica a la relación entre el arte paleolítico y el arte de nuestro tiempo.
Como una sorprendente y contemporánea adición al paisaje del Valle de Vezere, Lascaux IV enmarca una nueva experiencia de algunos de los mejores ejemplos conocidos de arte prehistórico, y ofrece formas nuevas y profundas de entender el rico patrimonio de su lugar. El proyecto está forjado de una combinación de elementos de baja y alta tecnología, desde la réplica meticulosamente pintada a mano a las exposiciones de realidad virtual, comprometiendo a sus visitantes en un re-descubrimiento contemporáneo del arte de nuestros antepasados. Tejiendo en conjunto los conceptos y espacios físicos e interpretativos, el centro concebido holisticamente une el arte paleolítico con los enfoques contemporáneos de la narración espacial y experiencial.