Los arquitectos tienen hoy en día acceso a una impresionante variedad de herramientas para asegurarse de que la ejecución de sus diseños se lleva a cabo sin complicaciones. Normalmente, reciben instrucciones muy específicas por parte de los propietarios de las empresas y utilizan las tecnologías más novedosas, como BIM (modelado e información para trabajos de construcción; building information modeling, por sus siglas en inglés), para cerciorarse de que no olvidan una ventana o ponen tomas de corriente en el lugar equivocado.
Sin embargo, según Guzmán de Yarza Blache, Director del Master in Strategic Design of Spaces de IE School of Architecture and Design, hay un factor importante que muchos arquitectos pasan por alto: la gente que realmente va a utilizar el espacio.
Los gerentes de oficina no necesariamente entienden el comportamiento cotidiano de los empleados. Los decanos de la universidad pueden pasar la mayor parte del día en su oficina en lugar del salón de clases. Y es más probable que los gerentes comerciales digan a los arquitectos lo que quieren en vez de prestar atención a lo que los clientes necesitan.
«El mayor error que cometen los diseñadores es no poner al usuario en el centro», dice De Yarza. «Tienes que considerar como cliente a las personas que van a utilizar ese espacio, no a quien ha contratado tus servicios».
Un arquitecto medio considerará las necesidades básicas de las personas al utilizar el espacio, como cuántos escritorios debe haber en una oficina. Pero un buen arquitecto también pensará en el clima del lugar en el que esté situada la oficina, la posible propensión de las personas a sufrir enfermedades y su visibilidad respecto a otros.
«Por ejemplo, muchos edificios de oficinas en las ciudades no permiten a la gente abrir las ventanas», explica De Yarza. «Pero si tampoco tienen la posibilidad de controlar la temperatura, ¡pueden terminar, en la práctica, en un invernadero!».
De hecho, De Yarza va más lejos y afirma que las empresas verán a sus empleados marcharse si no toman las consideraciones adecuadas acerca del diseño. Un estudio realizado por la agencia de marketing británica Ipsos ha revelado recientemente que un tercio de los empleados no están satisfechos con el ambiente de su oficina. Un asombroso 45% dijo que la temperatura era «molesta» y un 32% que la iluminación era pobre. Entretanto, un estudio alternativo descubrió que el 35% de los empleados sentían que el ambiente era la mayor causa de estrés asociado al trabajo.
De Yarza, que vio una necesidad específica en formar a la próxima generación de arquitectos en soluciones creativas para estos problemas en aumento, señala que el ambiente de trabajo es simplemente tan importante para los empleados como el sueldo o los paquetes de ventajas. Solo tienes que fijarte en las oficinas de compañías como Google para valorar lo importante que es para las empresas invertir en un buen diseño por adelantado, en lugar de pagar un precio inferior a lo esperado.
«Los gerentes de oficina necesitan trabajar para los empleados, no al revés», apostilla De Yarza. «Las personas que trabajan para ti son tu activo, ¡tienes que invertir en ellos!».
Y añade: «Este tipo de cosas no se tenían en cuenta en el pasado, pero ahora son de vital importancia. Hoy en día, es una parte esencial para estimular y mantener el talento».
Guzmán de Yarza Blache es Director del Master in Strategic Design of Spaces de IE School of Architecture and Design y también Jefe de Estrategia y Diseño en el Lugar de Trabajo de JLL España. El curso analiza las maneras en que los avances en tecnología y en la sociedad tienen un efecto en los espacios físicos en los que trabajamos, aprendemos y compramos.