'Quiero mi Barrio' es un programa del Ministerio de Vivienda y Urbanismo del Gobierno de Chile orientado a mejorar la infraestructura y servicios públicos en barrios de vivienda social consolidados. Con el motivo de la celebración de su décimo aniversario, se presentó una instalación, que entre otras actividades, considera un espacio para exponer al público su funcionamiento y sus logros.
Se trata de una propuesta mixta entre museografía y espacios de servicio donde se considera exponer estrategias de participación, entregando espacios que acogen a personas y actividades. La exposición se desarrolló el segundo piso de la fracción sur del edificio del Museo de Arte Contemporáneo en la Quinta Normal de Santiago.
Descripción del arquitecto: se solicitó habilitar el atrio exterior del Museo frente a la calle Matucana. El Edificio, Monumento Histórico, fue diseñado por Alberto Cruz Montt y donde probablemente también participó el destacado arquitecto chileno Luciano Kulczewski. El recorrido museográfico entonces se iniciaba en el exterior, para luego distribuirse en las salas del interior con distintos tipos de espacios museográficos.
Dentro de ellos exposiciones de artistas propiamente tal, vinculadas al tema de la exposición, como las de Leonardo Portus y Carolina Illanes. También hubo espacios museográficos tradicionales y espacios participativos.
El criterio de diseño principal del montaje museográfico tuvo relación con evitar al máximo posible el contacto con el edificio patrimonial. Así como estrategia estructural se utilizó la suspensión de elementos que evitaban la intervención del suelo o los muros. Y como sistema constructivo, se trabajó con barras y cables de acero. Me propuse trabajar en este material ya que no lo conocía muy de cerca, estaba acostumbrado a carpintería o paneles livianos de madera. De hecho nunca había diseñado utilizando vigas IPE, sólo perfiles de línea extruidos.
De esta manera se diseñaron tres estructuras funcionales en espacios distintos: un sombreadero en el exterior, y en el interior un organizador/pizarra, y una mesa colgante. Por último, crucé un dato del proyecto -lo temporal de la exposición- con algunos intereses disciplinares para el diseño de éstas estructuras.
Resulta que en la búsqueda por un diseño arquitectónico más accesible económicamente, me he dado cuenta que la arquitectura puede prescindir de algunos elementos constructivos y reducirse a su estructura. Así nos ahorramos varios elementos y procesos constructivos. Pero además y casi como un fractal, las estructuras aún pueden desprenderse de algunos elementos sin comprometer su estabilidad, y mantener un equilibrio precario o temporal.
El sombreadero se diseñó con la menor cantidad de piezas posible. En estricto rigor, para producir una sombra basta con un plano que arroje una sombra. Muchos sombreaderos consisten simplemente en una tela (plano liviano) que se dispone entre dos estructuras preexistentes. Sin embargo en muchos casos, como en éste, ese plano debe disponerse a varios metros del suelo, donde aparece una estructura vertical.
Una vez que levantamos el plano que dará la sombra es necesario primero, estructurarlo para evitar su propia deformación. Acto seguido, es necesario contrarrestar el esfuerzo de su propio peso mediante algún arriostramiento en la dirección longitudinal. Posteriormente, se necesita también arriostrar la estructura en su dirección transversal. Y podríamos decir que en ese momento tenemos una estructura completamente estable. Sin embargo en el plano estructural transversal podemos prescindir de los pilares verticales si las diagonales se encuentran en “A”.
En el plano longitudinal, podemos prescindir de las diagonales si inclinamos el plan estructural transversal hacia fuera. Por último también podremos eliminar la estructura longitudinal si ésta se transforma en una catenaria sostenida por los planos estructurales transversales inclinados.
El organizador/pizarra es una estructura que sostiene un plano vertical para distintos fines participativos, como la proyección de un video, la escritura o la fijación de objetos. Por otra parte, el espesor necesario para estructurar éste plano, permite alojar distintos tipos de objetos en su interior.
Debido a la extensión de la sala, éste elemento de 6 metros de largo se divide en 4 módulos de 1,5 metros. Ahora, frente a la necesidad de tomar cierta altura tanto para una correcta visibilidad de la pizarra, como para dividir el espacio de la sala en dos, decidí suspender la estructura a través de tensores fijados a las vigas del cielo.
En éste caso cada uno de los módulos es posible de sostener con 4 tensores verticales en sus esquinas. Pero debido a los movimientos sísmicos, cada uno de los tensores se inclina primero en el plano longitudinal, y luego en el plano transversal, para contrarrestar eficientemente los esfuerzos laterales.
Por último la mesa colgante sostiene un conjunto de maquetas en la misma escala de 20 proyectos del programa "Quiero Mi Barrio". En éste caso el plano de apoyo necesita ser levantando del suelo, para lo cuál se recurre nuevamente a tensores desde el cielo. El plano además será cuadrado.
En un primer momento, para evitar la deformación del plano tenderíamos a situar una estructura horizontal tipo viga entre cada uno de sus vértices, lo que produciría un espesor perimetral. Sin embargo, si el plano cuadrado se estructura por sus diagonales, los vértices siguen teniendo sostén, y la viga es menor en su longitud, por lo tanto más económica.
Para reforzar éste último punto, la medida de la mesa estaría determinada por la optimización de una pletina de acero –que vienen en un largo de 6 metros– al cruzarse entonces dos vigas de 3 metros de largo.
Un aspecto curioso es que el cambio de material para la estructura de la cubierta, en este caso a partir de aglomerado de madera, no coordinaba modularmente con las medidas del acero, lo que produjo una superficie final de apoyo para las maquetas de menor dimensión que las definidas por las vigas en planta. Para solucionar los esfuerzos laterales se inclinaron nuevamente los tensores, pero a diferencia del organizador/pizarra, su inclinación sólo era posible en uno de sus dos planos. Y como cada vértice participa de dos planos verticales, resultó necesario que en cada uno se dispusieran dos tensores. Así se realizaron pruebas in situ orientadas a la disminución de tensores en un plano, cuestión que no resultó. Pero sí fue posible liberar una de las cuatro caras, sacrificando levemente la estabilidad de la estructura, pero permitiendo una vista frontal limpia hacia los objetos que porta.
Arquitecto: Alejandro Soffia
Dirección: Gracia Obach
Colaborador: Francesco Borghi
Diseño Gráfico: Alejandra Valenzuela
Cálculo Estructural: Juan Acevedo
Ubicación: Museo de Arte Contemporáneo, Quinta Normal, Santiago, Chile
Año proyecto: 2015
Año construcción: 2016
Superficie Terreno: 468 m²
Superficie construida: 127 m²
Presupuesto: USD 200 por m²
Construcción: Alberto Flores
Sobre Alejandro Soffia: Arquitecto y Magister en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile. Tiene interés personal en las tecnologías constructivas y en el biodiseño. Ha sido docente de varias Universidades en materias de diseño y tecnologías. Su obra y pensamiento ha sido publicado en diversos medios, destacando Detail, Arquitectura Viva, C3, Domus, Taschen, Phaidon, entre otros.