Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este pequeño espacio comercial de 60 m2 fue originalmente una tienda de souvenirs, el cliente solicitó un diseño flexible de espacio y mobiliario que permitiera proteger a quien se encontrara detrás del mostrador, ya que se convertiría en un local de cambio de moneda de mucha concurrencia.
Se procedió a diseñar una recepción que protegiera a los empleados de la tienda, con grueso cristal a prueba de balas para la parte transparente y acero chapado con Kevlar para las secciones cerradas del mobiliario. Con este tipo de acabados el diseño estaba destinado a parecerse a un bunker o un tanque, así que pensamos en una piel que suavizaría el aspecto. La celosía de madera le concedió un lenguaje más permeable y ayudó a cerrar las delimitaciones irregulares del espacio. El mostrador se convirtió en un elemento límite, entre el área protegida y el espacio público, de dialogo cordial con los usuarios.
Debido a que esta intervención se realizaría en un edificio con cierta relevancia histórica, todas las intervenciones pretendieron impactar de la manera más respetuosa la estructura, muchas veces separando los elementos nuevos de los existentes justo lo necesario, casi acariciando la piedra y los cerramientos perimetrales.