El ejercicio 'Del Territorio al Habitante', organizado por el Centro de Investigación para el Desarrollo Sostenible (CIDS) del Infonavit, busca responder a las necesidades culturales, sociales, ambientales, espaciales y funcionales para el desarrollo de soluciones habitacionales diferenciadas por localidad y bioclima para la vivienda de autoproducción asistida. El objetivo primordial de esta investigación es establecer los procesos normativos, conceptuales y arquitectónicos que se pueden utilizar en la realización de este tipo de viviendas.
Para este proyecto, el CIDS invitó al estudio mexicano TACO taller de arquitectura contextual a realizar una propuesta para el Prototipo de Vivienda Social de Autoproducción Asistida para el municipio de Isla Mujeres, Quintana Roo. Se trata de un trabajo de investigación con un producto final gráfico, el cual en teoría servirá como base para los desarrolladores que quisieran integrarse a esta dinámica de producción de vivienda económica (entre 150mil y 200mil pesos) para personas que ya cuentan con un terreno en una zona urbanizada, que es el esquema en el que ellos han detectado que se genera la mayoría de la vivienda en el país.
Cliente: CIDS, INFONAVIT
Programa: “DEL TERRITORIO AL HABITANTE”
Proyecto arquitectónico: TACO taller de arquitectura contextual
Proyecto de diseño interior y mobiliario: TACO taller de arquitectura contextual
Proyecto de diseño de paisaje: TACO taller de arquitectura contextual
Equipo de proyecto: ARQ Carlos Patrón Ibarra, LDI Ana Patrón Ibarra, ING Alejandro Patrón Sansor, LDI Estefanía Rivero Janssen.
Superficie del terreno: 160.00 m2
Superficie de construcción inicial: 38.00 m2
Año del proyecto: 2016
Ubicación: Isla Mujeres, México.
Gráficos: TACO taller de arquitectura contextual
Descripción de los arquitectos. El municipio de Isla Mujeres cuenta con una zona insular cargada de identidad e historia pero con fuertes limitantes espaciales; y con una zona continental desvinculada pero con un potencial de desarrollo evidente debido a su conexión con Cancún. El prototipo de vivienda de autoproducción asistida debe ser lo suficientemente versátil para adaptarse a ambos contextos, y debe reforzar el sentido de pertenencia entre los habitantes de ambas zonas.
La volumetría responde a una evidente necesidad de densificación en la zona, y a la optimización del espacio interior. El perfil poblacional actual vive en espacios reducidos, y busca sacar el mejor partido a sus propiedades, que en su mayoría combinan actividades domésticas y productivas. El turismo es la principal actividad económica del municipio. Es común encontrar viviendas con pequeños apartamentos con accesos independientes para renta, generalmente en plantas superiores, mismos que en ocasiones son ocupados por descendientes de los propietarios, convirtiendo las propiedades en pequeños complejos multifamiliares. La propuesta contempla este tipo de mutaciones. La progresividad se plantea inicialmente al interior, pero permite ampliaciones exteriores que no interfieran con los sistemas pasivos considerados.
La implantación se propone con un lado ciego pegado a una colindancia lateral, en un terreno mínimo de 8 metros de frente por 20 metros fondo. El desplante de la vivienda ocupa el 24% de éste (76% de terreno permeable). El alineamiento frontal genera un espacio abierto de carácter semipúblico que busca incentivar la seguridad barrial a través de su activación social.
El esquema de funcionalidad interior genera espacios transformables, respuesta a los usos y costumbres de la gente local (un mismo espacio puede ser dormitorio, área social o área comercial).
Las áreas exteriores recuperan los valores del tradicional “solar maya” presente en la memoria de los habitantes originales del municipio, así como en la mayoría de los inmigrantes (70% de origen maya); adaptado a las necesidades y aspiraciones actuales. Considera áreas para lavado y tendido, para animales de traspatio, para siembra de especies vegetales comestibles, y para vegetación endémica como la palma Chit y el Guano, cuyas hojas sirven para elaborar las cubiertas de la casa vernácula maya, y que a pesar de sus cualidades térmicas, durabilidad y congruencia contextual, está en riesgo de desaparecer del paisaje rural debido a su estigmatización como material precario. Por esto, el prototipo plantea un híbrido de esta cubierta que se adhiere a la estructura sólida de la vivienda, reforzando el sentido de seguridad del habitante.
El sistema constructivo considera muros cargadores y losas secundarias de vigueta, bovedilla y bloques prefabricados de concreto, lo cual responde a las aspiraciones de los habitantes, a la disponibilidad del material, a la replicabilidad de prototipo, al saber auto-constructivo actual de la zona, y a los recursos y tiempos disponibles del programa.
La materialidad propuesta reinterpreta soluciones populares para su integración al contexto construido, y elimina elementos cosméticos subjetivos, para destinar esos recursos a la calidad espacial y a la integridad estructural. Se plantean materiales aparentes que permitan la apropiación posterior del habitante.
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