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Arquitectos: Renzo Piano Building Workshop, luis vidal + arquitectos
- Área: 6823 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Enrico Cano, Stéphane Aboudaram
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Centro Botín, espacio de arte, cultura y educación, que se proyecta en la Bahía de Santander, devolverá a la ciudad el inmenso muelle del muro de Albareda, utilizado hasta ahora como estacionamiento. Ésta es una zona estratégica, con vistas al mar, cerca del centro de la ciudad vieja y realzada por los históricos Jardines de Pereda. El centro fue apoyado fuertemente por Emilio Botín (1934-2014), presidente de Banco Santander y financiado por la Fundación Botín, una de las fundaciones privadas más importantes de España, creada en 1964 con el objetivo de fomentar el desarrollo social, económico y cultural de Cantabria.
El proyecto restaura los lazos entre la parte histórica de la ciudad y el mar. La autopista que separa el parque del mar ya ha sido subterránea a través de un túnel, permitiendo doblar el área de los Jardines de Pereda, extendiéndolos al paseo marítimo y restaurando el acceso peatonal al mar para los ciudadanos de Santander.
Enmarcado entre el parque y el mar, y en el eje del mercado público, el nuevo Centro Botín se ubica mitad en tierra y la otra mitad suspendida en pilotes sobre el agua. Esto evita obstruir la vista del mar y el hermoso paisaje de la bahía para la gente que pasea en el parque, pues el Centro Botín es hábilmente enmascarado por el follaje de árboles. Una serie de pasarelas ligeras de acero y vidrio separan los dos volúmenes redondeados del edificio y crean una nueva plaza pública situada por encima del nivel.
La forma de dos lóbulos del Centro Botín es el resultado de un laborioso perfeccionamiento progresivo del diseño con el uso de modelos. Esto dio lugar a una forma redondeada que proporciona mejor iluminación de la planta baja y acompaña la vista de los visitantes y los ciudadanos desde el parque al mar. Los dos cuerpos que componen el edificio se enfrentan completamente a 280.000 pequeñas baldosas cerámicas, ligeramente redondeadas, de color perla y vibrantes, que reflejan la luz del sol, el brillo del agua y la atmósfera única de Cantabria.
El volumen Este alberga un auditorio que se eleva a doble altura y en voladizo sobre el mar, y al norte, el centro educativo: espacios diseñados con la máxima flexibilidad para adaptarse a múltiples actividades. El auditorio ha sido concebido como una caja multifuncional que no sólo puede albergar conciertos, lecturas, conferencias, sino también festivales y ceremonias, mientras que las salas del centro educativo están diseñadas para ofrecer espacios de diferentes tamaños para futuros talleres de arte creativo, música, danza Y cocina para niños y adultos.
En el volumen Oeste las galerías de exposición se desarrollan en dos niveles, caracterizándose por una espectacular vista sobre el mar y el parque. El espacio de exposición en la planta superior se ilumina en forma cenital mediante un techo de vidrio que consta de cuatro capas: un nivel exterior compuesto por pequeñas tablillas de vidrio serigrafiado que evitan que la luz dispersa entre directamente en el espacio de la galería; una segunda capa de doble acristalamiento que sella la galería; una tercera capa que consta de pequeñas persianas de aluminio controladas automáticamente por un sistema de sensores que se pueden utilizar para apagar el interior y hacer la iluminación flexible; por último, bajo las vigas principales, una tela blanca semi-transparente que crea un espacio uniforme y difunde la luz, revelando al mismo tiempo la compleja estructura del techo.
Un anfiteatro excavado en el parque corre junto al Centro Botín, su fachada oeste está equipada con pantalla LED para proyecciones y cine al aire libre. En la planta baja hay una fachada totalmente transparente que encierra un espacio multifuncional con cafetería, restaurante, área comercial y un centro de información. Aquí el techo está cubierto de cerámica y el suelo es una continuación de la pavimentación de hormigón azul exterior. De esta manera, el espacio interior y exterior son casi indistinguibles y los visitantes y ciudadanos pueden ver el mar y el paisaje de la bahía enmarcados por los amplios aleros del edificio que aloja las mesas afuera, creando un espacio para reunirse y socializar.
El edificio, el parque y la ciudad se entrelazan en un vínculo íntimo.