El proyecto 'From Mixed-Use to Diff-Use' de Adamo Faiden, exhibido en la sección "Ciudad Horizontal" de la Bienal de Arquitectura de Chicago 2017, propone abordar una particular relación entre la diversidad de los usos y el espacio a partir de un ejercicio con el emblemático edificio John Hancock Center.
Como señala el catálogo de la Bienal, para Ciudad Horizontal, 24 arquitectos fueron invitados a reconsiderar el estado del interior arquitectónico. Los arquitectos hacen referencia a una fotografía de un interior canónico, de cualquier período de tiempo, y consideran las formas en que su selección se podría extrapolar, desde el marco fotográfico recortado, en una construcción espacial -y de estilo de vida- a través de un sitio horizontal más grande.
Descripción por los arquitectos. El John Hancock Center ofrece un único espacio interior. Este espacio se repite 100 veces presentando alteraciones graduales en dos de sus variables: la distancia entre el núcleo y la envolvente por un lado, y la altura libre entre forjados por otro. Estas variaciones aún determinan la estratificación vertical de una serie de usos que encuentran su posición en una torre capaz de sintetizar pertinencia estructural, oferta dimensional y un gradiente de privacidad vertical.
Nuestra propuesta parte de tres fotografías de este único espacio, ahora asociado a tres programas -cocheras, oficinas y viviendas- capturados por Ezra Stoller en los niveles 6°, 45° y 76° del John Hancock Center.
Al estudiar estas imágenes resulta revelador el rol de los objetos que las ocupan, pues son ellos mismos mucho más que los distintos revestimientos y acabados, los responsables de fijar el uso de cada espacio. Sillones y alfombras, mesas y sillas de trabajo y automóviles -todos ellos dispuestos con una estudiada coherencia- nos hablan de un proyecto que intenta demostrar la factibilidad de apilar usos perfectamente convencionales en una estructura para nada convencional.
En este sentido, creemos pertinente preguntarnos cómo han evolucionado estos objetos y cuánto sus distintas combinaciones son capaces de escenificar el modo en que vivimos. ¿Creemos que nuestras rutinas están aún estructuradas mediante el trabajo, la movilidad individual y el descanso? Y en caso de que así lo creyéramos, ¿sigue existiendo una diferencia tan marcada entre el sistema de objetos que escenifica cada uno de estos momentos?
Creemos que el John Hancock Center es el soporte ideal para hacernos estas preguntas, pues a través de este proyecto es posible pensar que la diversidad de usos puede estar potenciada por una idea de homogeneidad espacial. Nuestra propuesta pondrá a prueba este concepto mediante la reocupación de los tres niveles fotografiados. Asumiremos tres profundidades de planta -idealmente asociadas a un programa específico- para superponerlas a un modo de habitar que desentienda por completo las categorías funcionales preestablecidas.
La maqueta consistirá en el apilamiento de los niveles 6°, 45° y 76°, transformando este fragmento del John Hancock Center en una suerte de “zigurat explotado”, soportado por el núcleo central. La separación de cada uno de los estratos permitirá observar las nuevas configuraciones interiores. Todas ellas describirán organizaciones espaciales capaces de diluir las categorías funcionales originalmente asignadas. Serán capaces de describir un modo de habitar aún en ciernes, pero lo suficientemente expandido como para ensayar formalizaciones que exploten al máximo la libertad de uso que posibilita esta estructura. Partiremos de su especificidad espacial como puente hacia la inestabilidad programática deseada. Nuestra propuesta buscará redescribir este caso emblemático de edificio Mixed-Use como si de la primera torre Diff-Use se tratase.