El pasado 23 de octubre, en el pequeño municipio gallego de Ares (España), se presentó públicamente la 'Guía de colores y materiales', con la que la administración de la comunidad de Galicia —en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG)— pretende establecer unos criterios y recomendaciones estéticas en la búsqueda de la mejora de la imagen y calidad urbana de las poblaciones gallegas.
Este documento consta de catorce tomos y su publicación ha sido posible gracias un laborioso proceso de trabajo en el que durante un año, arquitectos, historiadores y licenciados de Bellas Artes, han analizado más de 3.800 edificaciones en núcleos rurales, urbanos y periurbanos, así como polígonos industriales de las cuatro provincias gallegas.
Con el objetivo de abarcar toda su arquitectura y dar recomendaciones concretas adaptadas a los diferentes contextos y características que puedan existir, la guía divide la geografía de la comunidad autónoma en doce áreas y establece cuatro tipos de edificaciones diferentes.
Las doce áreas fijadas son: sierras occidentales; planicies y fosas luguesas; planicies, fosas y sierras ourensanas; riberas en los cañones del Miño y del Sil; costa sur-O Baixo Miño; Galicia central; Rías Baixas; planicies y fosas occidentales; golfo ártabro; Galicia septentrional y A Mariña-bajo Eo.
Por otro lado, de los cuatro tipos de edificaciones definidas, el primero es el de la arquitectura tradicional y su evolución hasta mediados del siglo XX; dentro del que se recomienda emplear para sus rehabilitaciones técnicas tradicionales, piedra en la zona de los muros y carpinterías de madera.
En segundo lugar, la arquitectura reciente, la cual engloba a la construida desde los años 60, con distinciones entre la urbana y la rural. En estos casos, la guía ofrece libertad de materiales y se centra en los colores, que deben ser coherentes con los del entorno en el que se encuentran y, no obstante, se recomienda que tengan acabado mate.
La tercera tipología que se recoge son las construcciones aisladas en suelo rústico, y la cuarta las edificaciones industriales. Además, la guía establece también límites máximos de luminosidad y saturación para todos los colores en aras de garantizar la armonía en su conjunto.
Aunque no es de obligado cumplimiento, el manual estará a disposición de todos los concellos gallegos para que puedan orientar y dar recomendaciones tanto a los diferentes agentes que intervienen en el diseño arquitectónico como a los propietarios de los edificios. De esta manera, se persigue lograr un paisaje armonioso, equilibrado coherente y respetuoso con las preexistencias del entorno y el patrimonio construido.
Vía La Voz de Galicia.