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Arquitectos: Antonio Altarriba Arquitectos
- Área: 603 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Diego Opazo
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Proveedores: Bera-beren, grupoMaq, manufacturas de madera, puebla sl
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El restaurante Saona en Santa Bárbara, Rocafort, afronta el reto de la transformación de un local preexistente, su ampliación y el aprovechamiento y actuación sobre los espacios exteriores.
Se situa en una urbanización cercana a la ciudad de Valencia, en un entorno de ciudad jardín, con mucha vegetación en su parcela y en los terrenos colindantes.
La topografía existente, compuesta por una serie de niveles y plataformas a distintas alturas, serán la línea de arranque de la composición de este proyecto.
Los muros de piedra caliza de mampostería de junta seca, serán los que irán distribuyendo las diferentes partes del local, aportando una función estructural que genera los diferentes bancales y se convierten en jardineras y bancos que albergan plantas mediterráneas y diferenciarán las distintas partes y niveles del mismo.
El local queda dividido en diferentes niveles, el acceso y sala interior, nivel -.40 m, luego la terraza central a +0.50 m, la terraza superior a +1.30, y la terraza inferior a -2.00.
En cuanto a la organización general del local, la terraza central, actúa como rótula de conexión de los diferentes niveles, localizándose allí la barra, y adquiriendo una función de terraza lounge y distribuidor de las diferentes zonas.
La terraza superior se caracteriza por estar limitada por los muros de piedra y cubierta con un porche de madera.
La sala interior habilita y renueva partes del antiguo restaurante, generando un espacio diáfano, que permite visualizar desde casi la totalidad los niveles de acceso y la terraza central.
El pavimento se configura como un mosaico de madera y piedra, que rompe el límite del cerramiento del local y contiene los muros de mampostería. Los techos de la sala se tratan con elementos naturales, como es el sisal, para la absorción acústica, y se ponen en valor la estructura de madera, tanto en la que afecta a la parte rehabilitada, como la parte nueva que se amplia, dejando vistos los muros de piedra que lo delimitan.
En el exterior, el pavimento continuo de microhormigón colereado unifica las diferentes zonas, generando “islas” materializadas a traves de diferentes texturas con diferentes materiales cerámicos o pétreos.
Los cerramientos del local se componen de ventanas de hierro manufacturadas para la ocasión, y ventanas de madera.
En definitiva la intención ha sido crear un local con los elementos constructivos meditérraneos propios de la zona, aprovechando la topografía existente de la parcela, fundiendo el exterior con el interior.