El Pabellón de Barcelona diseñado por Mies van der Rohe será transformado en una maqueta a escala 1:1 de sí misma, a través de una nueva intervención a cargo de Anna & Eugeni Bach que se titula “mies missing materiality.”
Durante la próxima semana, esta icónica estructura que corresponde al pabellón temporal más antiguo de la historia de la arquitectura moderna, se encontrará completamente cubierta de vinilo blanco, oscureciendo el hermoso mármol, travertino, acero, cromo y vidrio por los que es reconocida.
El proyecto busca establecer una discusión sobre el rol del material en su diseño original, como también el simbolismo que genera la superficie blanca en la arquitectura moderna.
Los trabajos en el proyecto comenzaron hace dos días y concluirán el 16 de noviembre cuando se abra al público con una mesa redonda en la que participarán Anna y Eugeni Bach, María Langarita (ganadora de la mención especial Arquitecto Emergente del Premio de la Unión Europea para la Arquitectura Contemporáneo - Mies van der Rohe Award 2013) y Carlos Quintáns (ganador del León de Oro en la Biennale di Venezia 2016) basados en las reflexiones del reconocido arquitecto y teórico Juhani Pallasmaa.
Pallasmaa describió la intervención como "una propuesta extraordinaria que evocará una gran cantidad de conversaciones: un proyecto excepcionalmente rico en asociaciones, recuerdos y referencias cruzadas".
La instalación permanecerá visible hasta el 27 de noviembre, momento en que se devolverá a su diseño original.
Lee a continuación la declaración completa de los arquitectos invitados por La Fundació Mies van der Rohe, quienes intervendrán el pabellón como ya lo hicieron en versiones anteriores SANAA, Jeff Wall, Ai Weiwei, Enric Miralles, Andrés Jaque y Antoni Muntadas:
Con esta sencilla acción, el Pabellón se convierte en una maqueta a escala 1:1, una representación de él mismo que abre la puerta a múltiples interpretaciones sobre aspectos como el valor del original, el papel de la superficie blanca como imagen de la modernidad, o la importancia de la materialidad en la percepción del espacio.
El Pabellón de Barcelona sobre el que actuamos es una reconstrucción; una réplica tan fidedigna del original, que a menudo cuesta recordar su verdadera naturaleza. Un edificio que debía ser temporal quedó inmortalizado en primera instancia por el relato escrito del movimiento moderno, y más adelante, por su propia reconstrucción.
Convertir el Pabellón en una maqueta, con todas sus superficies limitadas a un único material, tan blanco como indeterminado, pone en evidencia el papel representativo del edificio; tanto el del original, como símbolo nacional, como el de la réplica, en representación del primero. El Pabellón será, durante un tiempo, la maqueta a escala 1:1 de la réplica del pabellón temporal más longevo de la arquitectura moderna. Sustraer toda materialidad al Pabellón abre además otras interpretaciones ligadas a la historiografía de la arquitectura del siglo XX.
El Pabellón de Barcelona fue entronado como icono de la modernidad en la exposición “Modern Architecture” del Moma de Nueva York de 1932. En el catálogo de la exposición, varios edificios de arquitectos como el propio Mies van der Rohe, Le Corbusier, Neutra, Wright, Oud o Gropius, entre otros, son presentados a través de una selección de fotografías y escritos críticos en los que Philip Johnson y Henry-Russell Hitchcock apuntan los criterios homogeneizadores para poder aunar todas las obras bajo un mismo foco. Entre tales criterios, la superficie blanca, como emblema de una nueva arquitectura, aparece como uno de los más insistentes.
Proveer al Pabellón de Barcelona de esa blancura homogeneizadora significa dotarlo de una de las características definitorias de la historiografía moderna -que no de la modernidad- aunque al mismo tiempo, signifique despojar al Pabellón de su materialidad, de su carácter único; aquél que precisamente lo erigió en icono del mismo movimiento moderno.
La instalación convierte esta paradoja en vivencia. Permite al visitante plantearse éstas y más reflexiones a través de su propia experiencia en un Pabellón que, por unos días, perderá todo rastro material para, así, asumir todo su potencial representativo.
- Anna & Eugeni Bach
Noticia vía Fundació Mies van der Rohe