- Área: 350 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Santiago Robayo
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Proveedores: Alfa, Attmosferas, Pintuco
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ocobos, de flor morado. Ésta especie nativa de Centro y Sur América, utilizada en parques tropicales debido a su belleza y florescencia anual, fue la prexistencia que inspiro el diseño. Presentes en el lote, bordeando el límite visual hacia el cañón del río, estos árboles se rescataron y se convirtieron en puntos focales para el diseño arquitectónico.
El predio de forma longitudinal generó una disposición rectangular al diseño, proyectando una vivienda de un solo nivel que se expusiera totalmente a la vista natural.
Es en este punto de reflexión que se plasma una arquitectura sutil en términos formales y volumétricos, que logró captar la longitudinalidad de la vista infinita y a su vez responder a los requerimientos programáticos y funcionales del proyecto, pensando en una casa minimalista de clima tropical tratando de evitar cerramientos. Para ello la fachada principal de la vivienda genera una disposición de alcobas abiertas al cañón controladas por celosías y a su vez abiertas a un patio interior, que para efectos bioclimáticos ofrecen ventilación cruzada e iluminación natural indirecta. Esta disposición logró en términos pasivos ofrecer un confort interior en zonas sociales, privadas y de servicios, permitiendo así minimizar ayudas mecánicas y eléctricas.
Así mismo, tanto alcobas, baños, como zonas múltiples están abiertas a través de patios y controladas por cerramientos discretos, logrando de esta manera que el límite visual sea el horizonte enmarcado por las montañas y los puntos focales, en este caso los Ocobos.
En términos arquitectónicos, la casa es un volumen horizontal a modo de prisma geométrico cortado por una intersección de un plano vertical materializado por un gran muro pórtico que permite generar el acceso de la vivienda y rematar en una gran ventana natural a través de una perforación que enmarca los Ocobos y diferentes especies nativas prexistentes en el lote. La cubierta de la casa es utilizada como mirador hacia la cordillera, convirtiéndose en un escenario privilegiado para la contemplación.
La horizontalidad del diseño arquitectónico permitió generar no solo una fachada limpia, sino incluir en primer piso una gran terraza que se deriva de de la fachada de alcobas y que remata en una piscina con reboce y efecto sin fin de 20 mts de largo, contenida en ambos extremos por un jacuzzi y un gazebo; lámina de agua que como un espejo duplica la majestuosidad del paisaje natural, los ocobos y por supuesto la arquitectura.