En busca de una experiencia espacial y territorial, el Pabellón de México en la Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia ha sumado experiencias con virtudes y lecciones aprendidas en una participación emergente. Si pensamos en los 37 años y 16 ediciones de madurez de la bienal veneciana, nuestra participación nacional en tres tiempos ha abierto una nueva ventana para difundir, compartir y mostrar una arquitectura mexicana de amplio espectro.
En 2012 se reunieron 13 proyectos sobre “Cultura en construcción” a partir del tema Common Ground (David Chipperfield) para exhibir la colectividad de los espacios culturales del país. El pabellón — curado por Miquel Adrià — aprovechó la fachada de la Iglesia de San Lorenzo para colocar andamios de ‘obras en obra’: rehabilitaciones al patrimonio arquitectónico mexicano convertidos en centros culturales, bibliotecas, museos, galerías, cinetecas, plazas, parques y demás espacios para la cultura. La propuesta integró entrevistas con los arquitectos y una experiencia acústica como un laboratorio móvil de procesos constructivos..
Dos años después, “Condenados a ser modernos” de Julio Gaeta + Luby Springall –producto de un concurso abierto– desplegó ocho paneles temáticos a partir de una elipse luminosa en la que se presentaron entrevistas y eventos históricos relacionados con la arquitectura mexicana. Los Fundamentals | Absorbing Modernity (Rem Koolhaas) del tema central se ilustraron en el proceso de modernización del país y la pieza central se conformó como una sala de proyección con voces, escenarios y acontecimientos históricos.
La más reciente participación de México en 2016 adoptó la provocación social sobre Reportando desde el frente (Alejandro Aravena) para dar a conocer arquitecturas ensambladas en fragmentos, módulos, relaciones, historias, tácticas, tecnologías y estrategias de construcción enfatizando las experiencias que se pudiesen traducir, adaptar y multiplicar. Se conformó un Comité Técnico y se realizó una convocatoria abierta que recibió 286 propuestas de 26 estados de la República. Se incluyeron 31 trabajos que respondieron a los aspectos característicos del diseño más allá de la arquitectura terminada. La propuesta de Pablo Landa apostó por la narración de la historia de la arquitectura participativa en México, los manuales de autoconstrucción y la gestión comunitaria. “Despliegues y ensambles” refirió a los actores, roles y sistemas de producción social de la profesión en busca de atajos hacia la equidad más allá de la arquitectura como protagonista principal.
La propuesta curatorial para el Pabellón de México en la Bienal de Venecia de 2018 será un escenario ideal para consolidar experiencias y lecciones aprendidas. La cuarta participación nacional con base en el Freespace (Yvonne Farrell + Shelley McNamara) de la arquitectura es producto de una convocatoria abierta en la que se recibieron 213 proyectos de 15 estados de la República Mexicana. La selección de 21 propuestas se complementa con el trabajo de un Comité Técnico y la curaduría de Gabriela Etchegaray con aproximación territorial y lecturas transversales. La experiencia espacial resultará una provocación para voltear a la arquitectura mexicana contemporánea y su imaginario colectivo.