En esta entrevista de Luisiana Channel, el arquitecto japonés y experto en arquitectura sostenible, Hiroshi Sambuichi, explicó cómo integra materiales que poseen movimiento natural –Sol, agua y aire- dentro de su arquitectura, una poco común simbiosis entre ciencia y naturaleza.
Cada uno de sus edificios están construidos específicamente para el lugar en el que se encuentran y se enfocan en la mejor orientación y forma para fortalecer el poder de la energía de la Tierra, especialmente del viento.
Dos de sus proyectos reproducidos en el video, el Inujima Sereinsho Art Museum y la Torre Orizuru, fuerzan una contracción del aire para que este vaya más rápido y circule con las personas entre el edificio, mientras que el Naoshima Hall necesita un acercamiento más sensitivo debido a la naturaleza del edificio, reduciendo la velocidad del viento mientras pasa.
No es como si yo rechazara el esplendor de la tecnología, pero eso crea una arquitectura donde no hay energía inyectada. Sin embargo siempre hay suficiente energía pasa usar.
El amor de Sambuichi por la naturaleza deriva de una niñez rodeada de agua en el mar interior de Seto y ésta puede verse en su integración natural de la arquitectura. Su filosofía es que “La arquitectura debería convertirse en un detalle de la tierra”, desarrollándose de la misma forma en la que lo haría una planta en el ecosistema del planeta, respirando oxígeno y usando la energía del sol.
Si supiera que los arquitectos jóvenes pensarán así, la arquitectura en más o menos cien o doscientos años crecerá como bosques y se convertirá en hermosas ciudades.
Video via Louisiana Channel