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Arquitectos: SPRINGALL+LIRA
- Área: 3000 m²
- Año: 2013
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Proveedores: Fundermax, Aluskin, Bostik, GRAPHISOFT, Ikos, Serge Ferrari, exprfeso
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La cadena departamental Liverpool ha encargado a distintos arquitectos las fachadas de sus tiendas de apertura reciente. Cada tienda es una interpretación personal. A nosotros, nos encargó una tienda de planta redonda en la esquina de un centro comercial.
El proyecto está en una zona industrial de grandes cajas metálicas sobre el Paseo Tollocan, que une a la Ciudad de México con Toluca, justo en la entrada a esta última. Es un lugar en el que no existe la escala peatonal y los coches transitan incesantes por encima de los 80 km/h. Pensamos que la mejor estrategia era un proyecto muy sencillo que fuera comprensible de un vistazo. Optamos por regularizar la forma curva del volumen y ocultar una serie de escalonamientos y quiebres del edificio para lograr una figura continua simple y clara.
La curvatura ofrecía la posibilidad de contrastar con la industria del lugar. Si ésta es angulosa, metálica y fría; la tienda sería ondulante, blanda y cálida. Empleamos un material de resina con fibra de madera. La forma evoca un cesto ondulado a partir de rotar en sentidos opuestos la tapa y la base de un cilindro de 120 m de diámetro por 25 m de altura. La rotación crea un vórtice cuyas paredes en tensión en las partes aplanadas (valles) y se relajan en las ondas más apartadas del edificio (crestas). Obtuvimos un sistema de olas, como las del mar, que después se recortan en diagonal y se disponen sobre el cilindro del edificio. El sistema de ondas regulares y ordenadas sería fácil de construir.
La tienda no debía tener ventanas, por lo que sólo hay dos perforaciones en la fachada: la puerta de acceso y una terraza habitable en la última planta. La puerta es una sección de cono elíptico, una especie de cueva de aluminio, que otorga profundidad dramática al acceso, al mismo tiempo que dialoga con la curvatura de la fachada. Para la terraza, dejamos una gran ranura desprovista de tabletas que libera las vistas al paisaje.
Una fachada curva tiene el potencial de ser muy dinámica, y una fachada dinámica establecería un diálogo con la carretera. Para reforzarlo, dejamos una serie de ranuras horizontales iluminadas y estratificadas en diferentes niveles. Cada nivel tiene tamaño y ritmo distinto. Pensamos que así, las ranuras no sólo evocan las líneas de la carretera, sino también las luces de coches a velocidades distintas.
Procuramos que el sistema constructivo fuera muy simple, que redujera la posibilidad de errores de ejecución, y que cumpliera con el límite de costo de 300 USD por metro cuadrado. La solución era construir sobre bastidores verticales curvados con dos radios contrapuestos y desarrollar conectores ajustables tridimensionalmente que aseguraran la verticalidad de las tabletas.
La iluminación de colores cambiantes que colocó Liverpool produce un efecto interesante cuando la fachada se pinta de azul y contrasta con las ranuras de luz blanca. Evoca una carretera en noche lluviosa.