- Área: 252 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Tomás Rodríguez
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Proveedores: Arauco, Casablanca, Cuperfi, Sayerlack, Tecma
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo viene de dos familias amigas y vecinas que deciden construir casas idénticas en un terreno plano cercano al Lago Ranco. El uso de las casas es principalmente para períodos de descanso, durante todo el año y con la posibilidad de habitar hasta 12 personas. El proyecto debía privilegiar el habitar común en torno a la vida familiar. Ambos terrenos tienen condiciones similares en pendiente, y en cercanía al camino de acceso, pero diferentes condiciones del entorno. Mientras una se encuentra en un terreno despejado, la otra está inmerso en un bosque nativo. Según esto se decide hacer un proyecto que no estuviera sujeto a vistas específicas.
Dados los requisitos de uso y los antecedentes del entorno, se proyecta cada casa como un volumen aislado, de planta cuadrada y distribución centrípeta, teniendo como centro y elemento unificador, el fuego. Cada planta cuadrada de 18m x 18m está dividida en 9 cuadrados. Los cuadrados del medio, forman una cruz y se unen en un solo gran espacio abierto, continuo, flexible y común, donde los muebles establecen los usos específicos. En el centro está literalmente el “hogar”. La chimenea de piedra y acero cuelga de una doble altura sobre lucarnas, pasando a ser el artefacto principal de las casas y un espacio en si mismo, que es compartido por las diferentes actividades del habitar común (estar, comer, cocinar, jugar y circular).
Por otro lado, los cuadrados de las esquinas son de cielos mas bajos y sirven como espacios cerrados y privados con dormitorios y espacios de servicio. El emplazamiento se determina por la orientación cardinal, instalando la cruz de la planta en el mismo sentido de la rosa de los vientos. Así el sol entra al espacio común durante todo el día, transformándolo con el pasar de las horas.
Por último, el espacio en cruz se abre visual y físicamente a las 4 terrazas techadas que están en cada uno de los extremos de la cruz, incorporando el exterior al espacio unitario. Ambas casas se proyectaron idénticas en distribución y terminaciones, pero estas últimas variaron según los requierimientos de cada familia, por lo que las casas que empezaron siendo gemelas, terminaron siendo mellizas.