- Área: 125 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Tijeral, Taller de Arquitectura
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Proveedores: Arauco, Cintac®, Instapanel
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo consiste en cuatro departamentos de máximo 30m2 cada uno, donde todos los espacios sean aprovechados al máximo.
El galpón chilote es el campo de acción definido conceptualmente como base para comenzar a proyectar. Para este proyecto desarrollamos tres observaciones rescatadas en las investigaciones de patrimonio que realizamos como equipo: el correcto uso de la proporción de las partes que generan un todo equilibrado; la operación de extracción que se define dentro de los mismos volúmenes, y la materialidad.
Se extruye masa entre cada unidad, generando terrazas con una diagonal en planta, dejando el fondo más estrecho, con el espacio preciso para la ventana del baño, que necesita privacidad y ventilación, permitiendo a su vez que la cocina y circulación aprovechen un espacio interior más amplio. En el otro extremo, la terraza se abre hacia el acceso, dándole más espacio y jerarquía
Se rompe la continuidad en la fachada con terrazas en voladizo en segundo piso, esta operación se ve acentuada por los quiebres en los tabiques frontales y en las cumbreras, generando movimiento al volumen total, desde la repetición en las unidades.
Programáticamente se cuida la independencia entre los loft, dejando los baños como una batería de servicio, aislando las áreas de “estar”, para favorecer la tranquilidad y contemplación de las vistas que se abren hacía el exterior en estos espacios.
Materialmente, en el sur de Chile, por el acelerado proceso de deforestación de bosque nativo, las especies típicas están teniendo un uso cada vez menos cotidiano, es así como dentro de la tradición de la construcción en madera, fuertemente arraigada en Chiloé, se nota un cambio radical en la elección de materiales de revestimiento; el tingle de Ciprés de las Guaitecas ha sido reemplazado por el zinc, y la tejuela de Alerce cortada con hacha, por la tejuela de Canelo aserrada. Desde esta observación se elige el zincalum prepintado negro como revestimiento principal, que ayuda a la lectura simple de las operaciones volumétricas, y la tejuela de canelo, usada de manera acotada y racional, dando un acento expresivo acorde al contexto.
Estructuralmente son cuatro unidades independientes, con vigas maestras separadas, a su vez, los tabiques en que se unen los lofts son diseñados con dos ejes de pies derechos desfasados entre sí, a fin de evitar el traspaso de vibraciones de un loft a otro.
Aprovechando el sistema de calefacción clásico de Chiloé, por combustión lenta, se proyecta una doble altura, que junto con aprovechar el calor producid, que sube hacía el dormitorio, ayuda a dar una lectura unitaria y amplia del volumen total interior de cada loft.