Aros es el proyecto ganador del concurso "Juguetes Urbanos" que fue convocado por el Laboratorio para la Ciudad y el Gobierno de la Ciudad de México. Este concurso consistía en desarrollar una propuesta de juego dentro de la Plaza Loreto, en el primer cuadrante del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Las fuentes de la Ciudad de México siempre han sido un lugar en donde los niños se juntan a jugar mientras esperan a que sus familias terminan su jornada laboral, son puntos clave quizá porque el la Ciudad de México el agua es un tema cultural y es común ver como en los días de primavera y verano estos puntos se llenan de personas que viven de esta forma el espacio público.
'Aros' es un proyecto que mira hacia estos gestos y los retoma para potenciar una instalación que abre el juego, Plaza Loreto es un sitio que se encuentra justo en donde el comercio se concentra y es tal el éxito del proyecto que ha generado una especie de comunidad con los niños vecinos que se ven todos los días para jugar.
El proyecto de 140 m2 diseñado por el despacho PALMA conformado por Ilse Cárdenas, Regina de Hoyos, Diego Escamilla, y Juan Luis Rivera se desplanta dentro de la fuente central, la cual, además de ser un ícono de la plaza, ya genera actividades lúdicas espontáneas. Utilizar este punto específico para el juego evita interrumpir las actividades y el flujo diario de la manzana. Se aprovechó el trazo existente de la plaza, al igual que los elementos urbanos como las bancas para crear un espacio contenido pero visible. El resultado es un ambiente seguro donde los padres de familia pueden supervisar a sus hijos y ellos explorar el juego libremente.
La propuesta busca responder a distintos tipos de juego y a las distintas edades de los visitantes. El caso del juego físico, recorridos en rampas circulares, opuestas en su inclinación y cambios de nivel, que en conjunto con la red escalar y la presencia del agua, generan obstáculos y momentos de riesgo moderado que incitan a la interacción y al juego dinámico.
El carácter concéntrico de la propuesta crea una serie de umbrales que pueden ser tanto físicos como imaginarios. El acceso al primer anillo es totalmente abierto por un lado del círculo. Sin embargo, para poder llegar al siguiente anillo, el niño debe recorrer por lo menos un cuarto de la pasarela. Desde aquí y para llegar al espacio central, se presenta un último obstáculo; la red en el agua. Esta serie de capas, umbrales y puntos de observación elevados son tierra fértil para los juegos socio-dramáticos y de reglas.
Las rampas abrazan temporalmente el icono de la plaza y pueden ser utilizadas con la presencia de agua mientras la fuente está en funcionamiento, lo que provoca un ambiente de intriga y emoción que despierta en los niños diferentes situaciones o con la fuente completamente vacía. Esta versatilidad permite que si uso vaya más allá del juego infantil, pudiéndose transformar incluso en un pequeño foro para la comunidad.
Colaboradores: Tonatiuh Armenta
Construcción: La Invencible
Diseño Estructural: Pedro García