Como toda ciudad portuaria, Barranquilla (Colombia) históricamente le ha dado la espalda al río Magdalena, una corriente de más de 1.500 kilómetros que baja por la cordillera de los Andes para desembocar en el mar Caribe. Si bien su trama urbana se abalcona al río, la denominada Vía 40 ha sido el verdadero límite de la ciudad colombiana. Entre esta carretera y el río, zonas industriales y sitios eriazos sirven como amortiguadores entre ambos bordes.
"Por muchos años tuvimos una paderilla (pared) que nos tapó este espectáculo por 70 años", comentó Alejandro Char, alcalde de Barranquilla, en febrero pasado con motivo de la inauguración del segundo tramo del Malecón del Río, un proyecto urbano que está buscando recuperar la relación de la ciudad con el río que cruza 11 departamentos de Colombia.
Pero antes, hay que volver a 2010, cuando la Cámara de Comercio de Barranquilla y el Centro de Eventos del Caribe (CEEC) abrieron un concurso internacional para diseñar Puerta de Oro, un plan maestro originalmente emplazado en la Isla de la Loma, a orillas del río Magdalena, e incluía cuatro torres destinadas a oficinas, un hotel, un centro de negocios y un malecón de 300 metros lineales. El concurso finalmente fue adjudicado a la oficina argentina EV+PP Arquitectos, quienes en su momento definieron su propuesta como un edificio "que se transforma en espacio público, minimizando su impacto volumétrico general y convirtiendo en hitos" el Predio Ferial y el Centro de Convenciones.
"Este es el reencuentro de Barranquilla con el río Magdalena", comentó Char al diario colombiano El Tiempo cuando comenzó la construcción del malecón en 2016, precedido por la apertura de la avenida del Río y el mismo centro de eventos Puerta de Oro, todo en el marco de un proyecto inmobiliario público-privado en el cual el malecón juega un papel fundamental, tal como reveló el sitio web de investigación política La Silla Vacía en 2015.
Dividido en cuatro etapas de construcción y un presupuesto de 450 mil millones de pesos colombianos (USD 159,7 millones), el primer tramo del Gran Malecón se inauguró en julio de 2017 y según cifras de la propia alcaldía, ya superó el millón de visitantes. El proyecto cuenta con áreas verdes, plazas, ciclovías, senderos peatonales y mobiliario urbano, pero implicó trabajos de estabilización del terreno, construcción de una avenida de doble sentido, estructurales de contención del río, instalación de cableado subterráneo para la luminaria. El trabajo de estas primeras etapas le valió el Premio a la Excelencia Inmobiliaria en 2017, galardón otorgado por la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI).
Asimismo, el proyecto ha llamado la atención de otras ciudades que reciben al río Magdalena, como Neiva. En entrevista con la cadena televisiva NTV Canal, el Jefe de Planeación de Nieva, Rafael Yepes, reparó en el "fuerte dominio del concreto", pero rescató "cómo recuperaron un espacio público de calidad que merecía tener Barranquilla, [donde] se aprecia la regeneración urbana en el entorno, y es tal vez el proyecto más trascendental” para la ciudad colombiana.
En la segunda entrega del proyecto, el alcalde de Barranquilla reveló que la construcción de los 5 kilómetros finalizarían este mismo 2018, conectando el Gran Malecón con la calle 72, entre la Puerta de Oro y la Intendencia Fluvial de Barranquilla.