Con motivo de la Bienal de Venecia 2018, Pierre-Alexandre Mateos, Charles Teyssou, Rasmus Myrup y Octave Perrault convocaron a un grupo de arquitectos y artistas para revisar el manifiesto realizado por Yvonne Farrell y Shelley McNamara, presentando una serie de trabajos relacionados con la práctica sexual del cruising, y sumergiéndonos en la atmósfera de los lugares donde esta práctica ocurre normalmente, como callejones, baños públicos y sex clubs.
De la manera en que es definido en esta edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, Cruising Pavilion declara erróneo el concepto de Freespace al no cuestionar "la producción heteronormativa del espacio en sí mismo", y nos hace preguntarnos: ¿cómo podemos hablar de Freespace sin considerar todos aquellos espacios ilegítimos invisibles en nuestras ciudades?
Descripción por el equipo curatorial. Cruising generalmente describe la búsqueda de encuentros sexuales entre hombres homosexuales en espacios públicos, pero no puede reducirse ni a hombres ni a homosexuales. Esta práctica sexual generalmente tiene lugar en sitios públicos como parques, baños y estacionamientos, o en establecimientos como saunas y sex clubs.
Desde los jardines de recreo de Vauxhall en el siglo XIX, en Londres, hasta el club Mineshaft BDSM de los años 80 en Nueva York, Cruising Pavilion observa la conflictiva arquitectura del cruising. En algún lugar entre la anti-arquitectura y la lengua vernácula, la lógica espacial y estética del cruising es inseparable de la lógica de la metrópoli propiamente tal. El cruising es el hijo ilegítimo de la moralidad higienista.
Relegado al reino de la depravación, se nutre de sus características disciplinarias más estructurantes. En baños construidos para la limpieza y en parques diseñados para la tranquilidad, y también a través de las figuras del policía y el flâneur, la ciudad moderna es atravesada, desmantelada y convertida en un travesti en sí misma. El calabozo se vuelve lúdico, el laberinto protector y los baños eróticos. Si "el discurso arquitectónico es un desodorizante", entonces el cruising es el poderoso olor humano que atormenta los sueños de Jean Genet.
El modelo histórico del cruising está evolucionando y quizás incluso muriendo. La combinación contemporánea de Grindr, el desarrollo urbano y la mercantilización de las culturas LGBT+, ha vaciado los terrenos establecidos para el cruising y ha reemplazado los bares gay con viviendas. Las aplicaciones geosociales han generado una nueva geografía psicosexual que se extiende a lo largo de una gran arquitectura de habitaciones interconectadas digitalmente, lo que altera el idealismo interseccional que estaba en juego en las versiones anteriores del cruising. Hoy, la clase, la raza y el género podrían estar tan regulados por la superficie erótica de la pantalla como la arquitectura de la ciudad.
A través de contribuciones de artistas y arquitectos, Cruising Pavilion quiere destacar como erróneo el concepto de Freespace tal como se ha definido en esta edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, al no cuestionar la producción heteronormativa del espacio en sí mismo. La arquitectura es una práctica sexual y el cruising es uno de los actos de disidencia más cruciales.
Curadores: Pierre-Alexandre Mateos, Charles Teyssou, Rasmus Myrup, Octave Perrault
Artistas & Arquitectos: Alison Veit, Andreas Angelidakis, Andrés Jaque / Office for Political Innovation, Atelier Aziz Alqatami, Carlos Reyes, Diller Scofidio + Renfro, DYKE_ON, Etienne Descloux, Hannah Quinlan & Rosie Hastings, Henrik Olesen, Ian Wooldridge, Lili Reynaud Dewar, Monica Bonvicini, S H U Í (Jon Wang & Sean Roland), Studio Karhard, Studio Odile Decq, Özgür Kar, Pascal Cribier & Louis Benech, Pol Esteve & Marc Navarro, Prem Sahib, Tom Burr, Trevor Yeung
Ubicación: Spazio Punch, Giudecca 800/o, Venecia, Italia