Cada cierto tiempo es inevitable detenerse, dejar todo de lado, para sólo pensar sobre el futuro. Un necesario ejercicio imaginativo –numerosas veces ejecutado en la historia de las ficciones– que, entre otras cosas, nos permite reconocer dónde estamos y comprender hacia dónde vamos. Así, se vuelve una práctica pertinente e interesante de aplicar en nuestra disciplina, transformadora y visionaria, convirtiéndose en un desafío que les propusimos a diversos arquitectos chilenos, al otorgarles esta licencia no sólo sobre una perspectiva próxima, ya difícil de abordar en la actualidad líquida, sino distante, y que viene a evidenciarse a partir de la pregunta: ¿cuál será el rol de los arquitectos/as en Chile en los próximos 25 años?
Sus opiniones y comentarios, con énfasis en distintas aristas del quehacer arquitectónico, recogen algunos puntos similares al poner en relación problemáticas y cuestiones actuales relevantes para la ciudad del siglo XXI; lo humano –lo ético, lo colectivo, lo común– y lo urbano, en sus relaciones y formas de organización.
Germán del Sol:
'La ética de los arquitectos será cada vez más decisiva'
"Espaciar es libre donación de lugares.
(M. Heidegger, Die kunst und der raum)
En 25 años o más, el rol del arquitecto será el mismo.
Sin embargo, si la cultura sigue el rumbo que lleva hoy,
donde parece que lo único importante es el negocio,
la ética de los arquitectos será cada vez más decisiva.
Para que dediquen más tiempo a su oficio
y hagan mejor su trabajo, de lo que les exigen los clientes.
Así, junto con la utilidad, aparecerá la belleza
que es el resultado de hacer lo apropiado.
Belleza que refleja el esplendor de la vida aún en sus miserias.
En 25 años o más, espero que los arquitectos
hagan el bien porque les de la gana y no para prestigiarse ante la sociedad.
Hagan el bien sin mirar a quién.
Porque solo mejorando la relación entre la gente
se podrá mejorar la ciudad, y no al revés.
Mejorando la forma de la ciudad como piensan algunos,
no necesariamente se mejora la vida de la gente en la ciudad.
Se puede ver tanta desilusión y sinsentido en ciudades chilenas,
como en ciudades desarrolladas como Estocolmo y Copenhague.
Tal vez por eso, el mayor desafío para la sobrevivencia no es el calentamiento global ni la falta de agua potable ni la contaminación ni las migraciones producto de las guerras. Quizás el mayor desafío es seguir siendo humanos y enfrentar la vida y el trabajo con ética y generosidad".
Felipe Assadi:
'La arquitectura pasará quizá de un modo inter-disciplinario a uno trans-disciplinario'
"Responder a lo transdisciplinar. No sé si en 25 o 50 años, pero ese podría llegar a ser nuestro rol en el futuro. La arquitectura desde sus inicios ha rozado y se ha nutrido de otras disciplinas, sobre todo aquellas que tienen que ver con la ciudad, el hombre, su comportamiento, el desarrollo de la sociedad y los sucesivos cambios producto de este desarrollo. El rol de los arquitectos ha sido, en mayor o menor medida, hacer una lectura constante de estos cambios y construir, a partir de esta, respuestas igualmente interdisciplinarias. Pero entre estas disciplinas hay espacios que aún no hemos intervenido".
Quizá dentro de 25 años la brecha interdisciplinaria aumente, y aquellas zonas inexploradas sean aún mayores y por ende el objeto de nuestro estudio. La arquitectura pasará quizá de un modo inter-disciplinario a uno trans-disciplinario, y de esta manera nuestro rol como arquitectos será justamente llenar esos espacios, buscando propuestas que respondan a preguntas que por cierto aún no nos hemos hecho. Sin ir más lejos, hace sólo 25 años nuestro discurso, nuestra visión, nuestras preocupaciones y ciertamente nuestro oficio, nuestro modo de hacer, era muy distinto al de hoy.
Francisco Díaz:
'El rol de los arquitectos será repensar la sociedad en su conjunto'
"Podemos entender la historia como una flecha de progreso y pensar que en 25 años más la sociedad estará más desarrollada. En ese escenario, me encantaría pensar que los procesos de migración e inmigración puedan continuar hasta generar identidades cosmopolitas, donde la distinción por países sea algo del pasado. Así, nadando en un mar de gente distinta, las categorías pierden sentido: ni por género, ni por raza, ni mucho menos por nacionalidad. En un mundo así, los arquitectos podríamos tener un rol clave pues, al menos en teoría, somos expertos en articular cosas distintas y darles un sentido".
Pero si miramos los últimos 25 años, es difícil ser tan optimista. El planeta se ha echado a perder tanto desde los '90, que en vez de proyectar un mundo mejor los arquitectos nos hemos visto llamados a parcharlo. Si esa tendencia se mantiene (si los nacionalismos, las desigualdades y el calentamiento global se siguen acrecentando), no nos quedará otra que transformarnos en un bastión de resistencia. Puede ser que en 25 años más el mundo esté aún peor. Y ahí, sea desde Chile o desde cualquier otra parte del mundo, el rol de los arquitectos será repensar la sociedad en su conjunto.
Jeannette Plaut & Marcelo Sarovic (Constructo):
'Los nuevos tiempos parecen ser más diversificados, sin un protagonismo personalista de figuras al modo de maestros'
"La pregunta sobre los 25 años conlleva a toda una generación nueva que está por nacer y que se considerará emergente en ese momento. Si para los inicios del siglo XXI, la generación moderna con figuras al modo de “maestros” marcó una orientación con sus obras, parecen ser los nuevos tiempos más diversificados, sin un protagonismo personalista de figuras al modo de maestros, más bien destacando su ausencia. Con ello se espera que las actuales generaciones jóvenes eclosionen con trabajos asociados a una diversidad de diferentes líneas de investigación, con una mayor cantidad de áreas de trabajo, y al mismo tiempo, con una mayor especialización propia de nuevos nichos laborales".
Sin duda el crecimiento económico del país y una suerte de transculturización social, propia de la participación activa sobre un mundo hiper-conectado e hiper-informado, serán determinantes en la evolución del rol de los arquitectos en nuestra sociedad. En la actualidad las ingenierías han ocupado el espacio que tradicionalmente tuvo la arquitectura, desplazando y minimizando su rol e influencia sobre la sociedad, retomar esas áreas de gran impacto sobre nuestras ciudades será uno de los desafíos futuros.
Edward Rojas Vega:
'En el futuro podremos entender a la arquitectura como un hecho colectivo, y el arquitecto será un sujeto activo de su comunidad'
"En esta transición del Siglo XX al Siglo XXI, como arquitecto nacido a comienzos de la década del cincuenta, creo haber tenido la fortuna de ver y experienciar los grandes cambios tecnológicos y transformaciones conceptuales –sea en la formación del arquitecto como en el ejercicio de la profesión– acontecidas en el dominio y dimensión de la Arquitectura.
En lo conceptual, he visto como la enseñanza de la arquitectura cambió de un modelo en donde el acento disciplinar situaba al objeto arquitectónico en el centro de las preocupaciones y al arquitecto como el gran diseñador a un modelo en el cual el territorio, los habitantes y la cultura se han transformado en el soporte de una arquitectura contextualizada y un mundo sustentable".
En esta nueva consideración, el arquitecto en los próximos veinticinco años podrá asumir diversos roles; diseñador, articulador, productor y gestor entre otras opciones. Así, en el futuro podremos entender a la arquitectura como un hecho colectivo. Así, el arquitecto será un sujeto activo de su comunidad.
Pía Montealegre Beach:
'Los arquitectos estarán más obligados a dialogar, a abandonar un dialecto propio'
"Los arquitectos están abandonando el rol del demiurgo o genio creador para moverse cada vez más hacia una dinámica más horizontal y colaborativa del diseño. Pienso que en el futuro los arquitectos serán más mediadores que productores. No sólo el trabajo en solitario o suscrito a una única figura ya está en crisis, sino que la idea del co-diseño, de la participación activa del usuario en el producto, será cada vez más relevante. Del mismo modo, la premisa de la arquitectura como un asunto neutro y estándar, tan propia del pensamiento industrial, se verá desafiada por una nueva cultura de personalización y variedad".
Los arquitectos estarán más obligados a dialogar, a abandonar un dialecto propio para poder articular un mundo que, a medida que se especifica, se vuelve cada vez más multidisciplinar. Del mismo modo, la nueva cultura de una economía que pone en valor el uso de los bienes por sobre la tenencia o propiedad –bicicletas y vehículos de renta, espacios de co-working, etcétera– deconstruirá por completo todo lo que imaginamos hoy acerca de la ciudad, la vivienda y cualquier forma de habitar el espacio.
Liliana de Simone:
'No existirá más la figura del arquitecto genio, "archistar", que trabaja solo en la madrugada frente a una maqueta'
"El rol de los arquitectos chilenos hacia el 2050 deberá mutar acorde a un mundo en revolución. La escasez de recursos, tanto naturales como humanos, los cambios políticos y demógraficos, entre ellos el envejecimiento de la población, o los cambios asociados al clima, con desastres naturales cada vez más repetitivos, implicarán que las arquitectas y arquitectos sean necesitados por la sociedad de un modo muy distinto para el cual se preparan hoy en las universidades.
No existirá más la figura del arquitecto genio, "archistar", que trabaja solo en la madrugada frente a una maqueta. El concepto de maestro y aprendiz, tan decimonónico y desaparecido en otras disciplinas, terminará de existir también en la arquitectura".
Necesitamos arquitectos que trabajen en equipo, con liderazgos móviles, diversos, con conciencia social, de género y con enfoques de derechos, que salgan a la calle no solo a croquear, sino a dialogar con todos. Que construyan soluciones lógicas que interpreten a usuarios reales, y no solo los representen como renders en una imagen hecha en computador.
Los conceptos de autoridad vertical, desde el cual la figura del arquitecto ha funcionado tan bien, está en crisis. Necesitamos arquitectas y arquitectos capaces de leer la ciudad y la ciudadanía, interpretarla y llevarlas a proyectos ad hok.
Genaro Cuadros:
'Los arquitectos del futuro no serán solo arquitectos de las cortes y del rey, serán sobre todo arquitectos de sus comunidades y ciudades'
El futuro de los arquitectos no está en las obras de arquitectura, sino en en los procesos arquitectónicos de diseño, montaje y ejecución de proyectos de vida individuales y colectivos en ciudades como nuevas naturaleza y complejidades. Definir los espacios propios, comunes y públicos donde conviviremos constituye un desafío en la era de lo común y global, por lo que las formulas del pasado no serán suficientes para el futuro. Estar juntos en las urbes del mañana constituirá un desafío para el diseño, la negociación y el uso parsimonioso del suelo y los bienes públicos. Esto demandará de profesionales flexibles y adelantados para hacer de ese proceso un desarrollo justo y sustentable.
"Tendrán que tener la capacidad de dialogar con otras disciplinas, ceder su lugar o tomar la palabra por los otros, tomar partido por una ciudad justa y el derecho que todos y cada uno tiene a las oportunidades que la ciudad ofrece porque estamos juntos en ella. Los arquitectos del futuro no serán solo arquitectos de las cortes y del rey, serán sobre todo arquitectos de sus comunidades y ciudades".
Sandra Iturriaga Del Campo:
'Se invertirá la sobrevalorada condición de autor por la de coautor al servicio de una obra común'
"Creo que un aspecto central radica en poder contribuir de mejor manera al desarrollo de nuestras ciudades desde su condición de bienes públicos o bien común. El ejercicio profesional entendido desde una ética del oficio, tiene que transitar desde el desarrollo de la obra de arquitectura en sí misma –por muy virtuosa que ésta sea, al de la obra inserta en un espacio común del cual participa, y por el que hay que velar.
Esto obliga a reflexionar desde el suelo sobre el cual se funda –cada vez más alterado e indiscriminado, el contexto urbano al cual contribuye– dejando de priorizar la lógica privada por sobre la dimensión pública, hasta el orden geográfico y ambiental del cual participa –y que no pareciera haber sido prioridad hasta ahora".
La ciudad no es obra sólo de arquitectos/as, por lo que es un imperativo aunar esfuerzos colectivos para visibilizar y contribuir a acrecentar estos bienes comunes. Esto invertirá la sobrevalorada condición de autor por la de coautor al servicio de una obra común. La autogestión de iniciativas innovadoras será un eje central en los próximos años, ya no se trata de esperar por un “mandante”, sino de mandatar con propuestas concretas sobre el cómo mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades. Para esto hay que empezar ahora, en 25 años veremos los frutos.
Rodrigo Sheward:
'Uno de los roles que deberán enfrentar los arquitectos es pensar sobre una nueva ruralidad'
Creemos que uno de los roles que deberán enfrentar los arquitectos en los próximos 25 años es pensar sobre una nueva ruralidad que viene dada por un hecho que no ocurrió antes y es que comienza a existir una primera generación profesional que puede retornar al campo y volver a vivir donde crecieron los hijos junto a sus padres. Este retorno es la oportunidad que tiene el campo de pensar y construir lo rural tanto con la sabiduría de quienes vienen habitando esa tierra, generación tras generación (padres y abuelos), como de quienes traen un conocimiento o preparación específica.
"Conocimiento más sabiduría habitando la tierra es una nueva manera que comienza a experimentar el campo y que nos puede traer buenas noticias en cuanto a que los territorios pueden ser pensados desde el desarrollo económico que sustenta la permanencia como desde el punto de vista espiritual que sustenta la relación de las personas con su medio.
El rol del arquitecto en este campo es pensar y construir la manera que soporta el regreso de éste hijo con conocimiento a un territorio que se mueve en una relación más sincrónica que científica gracias a la sabiduría de quienes lo habitan hasta hoy".
José Rosas Vera:
'Un tema clave será la provisión de vivienda y equipamiento para la población de menores recursos'
"El rol de los arquitectos/as chilenos de aquí a un cuarto de siglo, vale decir hacia el 2043, casi llegando a la mitad del siglo XXI, estará a mi juicio, concentrado, por una parte, en temas de intervención y conservación del patrimonio cultural, así como por otra en temas de demolición y sustitución de edificaciones, conjuntos y sectores de la ciudad que registran ciclos de obsolescencia y deterioro, particularmente en las ciudades intermedias del país.
En este contexto, no será menor el trabajo interdisciplinar que llevará a cabo en torno a los problemas derivados de la crisis medioambiental y cambio climático, que tendrá manifestaciones principalmente en los bordes costeros, por la crecida de las aguas y los asentamientos humanos localizados en zonas de riesgo a escala continental. En ese período los arquitectos/as debieran haber recuperado su rol en la sociedad y alcanzado una posición de liderazgo en torno a los grandes problemas que la humanidad debe enfrentar, aportando sus conocimientos a los temas de la región latinoamericana y del hemisferio sur".
Un tema clave será la provisión de vivienda y equipamiento para la población de menores recursos, la densificación y nueva energía para las ciudades aprovechando los sitios ya urbanizados y proyectos sobre el espacio público y el paisaje sobre hechos que ya existen, en las grandes metrópolis. Y, una acción consistente en la manutención y preservación de las áreas reservas de suelo y naturales.
Sebastián Gray:
'El rol de los arquitectos del futuro será corregir edificios caidos en desgracia por el paso y el juicio del tiempo, dando dignidad ahí donde no la hay'
Pensando en la mediocridad inmobiliaria acumulada en las últimas décadas, creo que el rol de los arquitectos del futuro será corregir edificios caidos en desgracia por el paso y el juicio del tiempo, dando dignidad ahí donde no la hay: fachadas que deben ser recompuestas, rasantes que deben ser disimuladas, torres que deben ser rebajadas, edificios de oficinas y centros comerciales reconvertidos en vivienda o equipamiento; primeros pisos, en contacto con la calle, rehumanizados completamente. También hay que pensar en la precariedad constructiva y espacial con que se han construido millares de viviendas especulativas en Chile.
"En poco tiempo, al menor siniestro o recesión económica, esos gigantescos edificios con miles de diminutos departamentos caerán en una crisis de mantención y convivencia comunitaria, como ya vemos por ahí. En ese momento, tal como ocurre hoy con algunos conjuntos de vivienda social, habrá que desguasar esos edificios hasta el esqueleto, agregarles fachadas dignas y ambientalmente responsables, y volver a componerlos por dentro con viviendas más grandes y mejor construidas".
Víctor Gubbins:
'Asimilar los aportes de la globalización, mezclando lo propio y lo apropiado'
Aunque restringidos en el pasado, siempre hemos estado insertos en un proceso de globalización, producto de la atención que hemos puesto en culturas, tecnologías, arte y arquitectura desarrollados más allá de nuestras fronteras. [...] El resultado ha sido positivo, porque nuestra ciudad y arquitectura han tenido la capacidad de asimilar esos aportes, mezclando lo propio y lo apropiado, de tal modo que historiadores de arquitectura, incluyendo la moderna, la han catalogado como ecléctica.
"En nuestros días la globalización se ha abierto, masificado y transformado al país. La presencia de arquitectos extranjeros y nuestros viajes al exterior son habituales, invitados por instituciones y universidades, y así también sucede con la industria, el comercio y las artes. El mundo de las comunicaciones, a través de libros, revistas, tv, radio, internet, permite con más fuerza aún el intercambio, la importación, exportación y comparación entre lo que aquí hacemos y lo que está ocurriendo afuera.
Mundo maravilloso y esperanzador, pero defraudante si somos incapaces de asimilarlo, como defraudante es comprobar que hemos ingresado a la competencia de las alturas en la construcción de nuestras ciudades, sea en el intento de superar lo anterior, sea en el intento de alcanzar el mejor resultado económico, sea en el intento de homogeneizarla, sin preocupación por el espacio publico que con esos intentos se construye o destruye, sin distinguir barrios y sectores consolidados y vecindarios emblemáticos o característicos".