Entre maquetas y manos, un contacto que no se debe perder nunca. Al recibir esta experiencia, nos provoca silencio. Detenernos en el tiempo a pensar en el cuidado al hacer una maqueta de concreto. No hace falta decir mucho, pues nos dicen todo con estas expresivas maquetas acompañadas de un texto personal, a través del cual se transmite con belleza y sencillez la importancia de este proceso manual para el trabajo de un arquitecto.
Texto por Enrique Llatas:
Para mi padre, quien me enseñó desde pequeño a trabajar con las manos.
Nativo
Mi padre era militar, y debido a ello tuve la oportunidad de vivir desde niño en diferentes ciudades de Perú. Siempre me dio curiosidad el trabajo manual que realizaban los alfareros cuando caminaba por las calles de Ayacucho, Arequipa, Andahuaylas y Puno, esculturas de barro, de piedra, de yeso, de cemento, un verdadero arte distribuido por las calles de las ciudades.
Ya en la escuela de arquitectura, recuerdo a mitad de carrera encontrarme con grandes bloques de concreto perforados, pesados, casi imposibles de transportar, pero que mientras uno más se acercaba se encontraba con los espacios más maravillosos que yo había presenciado hasta ese momento.
Obra
Más masa no significa menos luz. Al terminar la carrera, empezamos a experimentar con diferentes materiales para poder plasmar las ideas, trabajando desde mallas metálicas, telas, hasta el concreto armado. En ese momento, la gran pregunta que nos hicimos como equipo fue si se podría lograr transmitir el mismo procedimiento y atmósfera de construcción de una obra real, en un modelo tan pequeño como una maqueta.
Artesano
Richard Sennett en su libro el artesano, nos habla que el hacer es pensar. La práctica y la experimentación siempre generará nuevo conocimiento, la arquitectura es un camino de aprendizaje. Desde libros como "Pensar con las Manos" de Alberto Campo Baeza, hasta "La Mano que Piensa" de Juhani Pallasmaa, el hombre siempre está en la constante práctica y en el oficio de transmitir sus ideas con las manos.
Concreto
Creas un encofrado, le colocas malla metálica, preparas la mezcla entre cemento, arena, ocres y agua, empiezas el vaceado, licúas tu mezcla para no generar cangrejeras en su interior, llenas el encofrado, dejas secar, desencofras, echas agua para el curado, tu obra está lista.
Nostalgia
Recuerdas esos primeros momentos en los que intentaste una y otra vez realizar un castillo en la playa mezclando la arena y el agua, momentos que siempre quedarán en tu memoria, como tu primera maqueta de concreto.
El arquitecto autor de este texto y maquetas es fundador de LLATAS. Revisa su obra aquí.
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