La modernización de Bogotá entre 1940 y 1970 captada en reportajes fotográficos urbanos y arquitectónicos, ha sido consignada en diversos libros, revistas y fotolibros de la época, así como también en imágenes de archivos públicos y privados de la ciudad. Todas estas tomas revelan una aproximación intencionada, e incluso crítica, de cómo la arquitectura moderna reconfiguró los centros de las ciudades y puso en relación los nuevos edificios y espacios urbanos con el paisaje urbano existente.
Cuando se trata de analizar el impacto de la fotografía desde la calle, es necesario hablar de Leo Matiz, Armando Matiz y Hernán Díaz. Estos tres fotógrafos han retratado personajes, acontecimientos y la vida urbana de Bogotá. Aquí hemos destacado y seleccionado, dentro de su amplia producción, sus tomas de calles, plazas, cruces y edificios representativos de la ciudad, lugares emblemáticos o anónimos que a través de la fotografía consolidan el patrimonio moderno en la memoria colectiva, y donde la arquitectura y los espacios urbanos son protagonistas de las escenas
En esta edición de Bogotá en la mirada de 10 fotógrafos conoceremos el legado de Leo Matiz:
Nacido en Aracataca en 1917, Matiz comenzó desde los dieciséis años su trayectoria, publicando caricaturas en la revista Civilización, en donde también aparecieron sus primeras fotografías en 1933. Posteriormente se hizo reportero gráfico de El Espectador, El Tiempo y la revista Estampa. Con dieciocho años fundó la revista Lauros e ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes en Bogotá; fue un artista polifacético: periodista, pintor, editor, actor y un destacado caricaturista y fotógrafo. En los años cuarenta viajó a México y a Estados Unidos en donde trabajó para revistas prestigiosas, como Life, Reader’s Digest y Norte, entre otras. A partir de los años cincuenta se radicó en Bogotá e inauguró su propia galería de arte, en la cual el pintor Fernando Botero expuso su obra por primera vez, en 1951. En esa misma década fue reconocido como uno de los diez mejores fotógrafos del mundo.
También recorrió otros países de Centro y Suramérica, así como Palestina, Beirut y Tel Aviv, con lo que logró una gran trayectoria como reportero internacional y estuvo vinculado a grandes personalidades del arte. Recibió múltiples reconocimientos nacionales y extranjeros, como el premio Chevalier des Arts et des Lettres, concedido por el Gobierno francés en 1995, y en 1997, el Filo d’Argento en Florencia, Italia.
Desde mediados del siglo XX realizó numerosas imágenes de la ciudad de Bogotá que muestran sus importantes transformaciones urbanas y sociales. Sus fotografías urbanas se caracterizan por resaltar elementos singulares y definir contrastes, que ponen en relación el paisaje construido con el paisaje natural; los transeúntes y los elementos del espacio público con los edificios en altura del centro de la ciudad; los edificios modernos con los monumentos históricos.
Matiz falleció en Bogotá en 1998.
Agradecimientos a Archivo de Bogotá.