- Área: 443 m²
- Año: 2018
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Fotografías:David Zarzoso
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Proveedores: Cesar Olmos Representaciones - ADICO, Ilexpa, Lamarka Corporativa, Monleón metales, Mármoles Santamaria, Skeo | Led Your Life, Suite 9 Contract, THU Ceiling Solutions, Tendenzzia
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en el barrio de Ruzafa en Valencia, el Mercado San Valero se proyecta desde nihil estudio bajo la premisa de crear el primer Street Food Market de la ciudad.
El concepto de Mercado San Valero se ha desarrollado siguiendo dos vías, una de carácter espacial y otra de carácter cromático, formando un tándem que introduce al visitante en una atmósfera genuina y con personalidad propia.
El Tercer Espacio:
Espacialmente hablando, las normativas y legislaciones existentes hacen referencia a la existencia de dos espacios: el espacio público y el espacio privado, no obstante abundan los textos que hablan de un tercer espacio: el espacio colectivo. Es aquí donde se interviene con una mentalidad compartida, siendo un lugar con titularidad privada pero desarrollado con un fin y un uso claramente público.
El Color:
Este concepto se une con el anterior en un espacio conocido y utilizado por todos: un mercado. En un mercado el protagonista no es el espacio en sí, sino el producto.
La propuesta de color nace como alusión a los principales productos de la pirámide alimenticia y haciendo un guiño a la materia prima que encontramos en los puestos de los mercados tradicionales. Así, realizando una deconstrucción cromática se minimizan y aglutinan en tres tonos (rojo/rosa para carnes, embutidos, frutos rojos; verde para frutas y verduras; amarillo para cereales, grano, tubérculos y lácteos), consiguiendo clasificar los puestos del mercado y la señalética de los mismos.
La materialidad cobra especial protagonismo en esta intervención de nihil estudio donde los usos y las actividades se delimitan entre los cambios cromáticos y materiales, generando diferentes escenas.
El suelo recorre el interior como una capa de cemento impreso, imitación adoquín, que guía al visitante por las diferentes zonas de Mercado San Valero. Los cambios de volúmenes y las dobles pieles dan forma a las paradas del mercado, con bancadas de granito elegidas intencionadamente como alusión a las barras clásicas de los locales de siempre, originando una variedad de encuentros y ambientes entre los que se balancean los usos de servicio y los usos públicos.
Listones de madera, revestimiento de barrecha y ladrillo panal son los elementos que dan continuidad y unifican el conjunto del espacio, además, jugando con pinceladas de vegetación, generan dobles pieles que ayudan al acondicionamiento acústico del local.
La iluminación adquiere protagonismo, cuidando las variaciones de la misma en el espacio durante el día y la noche.
Durante el día: unos grandes ventanales se abren al exterior y permiten el acceso de luz natural funcionando como un túnel, casi como un callejón.
Durante la noche: la iluminación artificial conecta Mercado San Valero con el exterior, integrado en el falso techo de lamas, sirve de guía en las zonas de paso y divide las áreas de trabajo, acompañando al viandante en el recorrido del local hasta llegar de forma intencionada a la barra principal.
Un proyecto elaborado desde un concepto definido desde el origen, donde nihil estudio pretende crear una atmósfera que active los sentidos y emociones de los visitantes.