Si te encuentras en la ciudad de Leandro N. Alem, Misiones, y quieres conocer una obra hito de la arquitectura argentina, cualquier persona sabrá indicarle la ubicación de la reconocida escuela de los arquitectos Mario Soto y Raúl Rivarola.
.jpg?1551190295)
Los autores, que ya habían construido otras obras importantes en la provincia -escuelas de madera en las localidades de Puerto Rico, Aristóbulo del Valle y Campo Viera, las hosterías de Montecarlo, Apóstoles y San Javier, y el Hotel de Turismo de Posadas- fueron encargados por el poder ejecutivo provincial para la construcción del edificio educativo; bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, en 1953, el territorio de Misiones presentó un plan de obras públicas para desarrollar la infraestructura necesaria para la nueva provincia, donde el objetivo era fortalecer el poder institucional.
La escuela se construyó entre los años 1957 y 1963 en un municipio de pocos habitantes donde funcionó como puntapié para el desarrollo posterior de la ciudad. La obra contó con un gran presupuesto, lo que habla del esfuerzo modernizador puesto en la provincia.
El clima del litoral argentino es subtropical, siendo Misiones una de las provincias en las que más llueve del país y muy calurosa. Puede haber sido ésta condicionante, la posibilitante del diseño de la gran cubierta que surge como rasgo característico de la obra y da lugar al resto del paquete funcional en consecuencia. La forma del techo, que inicialmente iba a ser de madera y chapa, pudo realizarse en hormigón por el aumento del presupuesto inicial. Este funciona como una gran cisterna que permite captar el agua de lluvia, almacenarla y luego dejar que el excedente baje por medio de escultóricas gárgolas. Por otro lado, el agua acumulada sobre el edificio permite refrigerarlo, logrando un espacio educativo mucho más confortable.
En la sombra de la gran cubierta se distribuyen las actividades de forma autónoma, ya que la estructura independiente de hormigón habilita un interior mucho más flexible. Se pueden diferenciar tres áreas, las aulas comunes orientadas al sur, el sector administrativo y aulas de apoyo, y por último el patio interior cubierto en el que se genera la circulación y encuentro de alumnos. El patio cubierto toma el rol de espacio central como puede observarse en otras obras de la época, tal como el Colegio Manuel Belgrano en Córdoba, obra posterior a la escuela, en los que las aulas dejan de ser el espacio primordial, y el patio se impone como gran hall protagonista.
Las circulaciones se disponen hacia el gran patio interno en forma de graderías. En su totalidad el programa se componía por 12 aulas, 2 laboratorios, un aula de manualidades y economía doméstica, biblioteca, sala de música, área administrativa, sanitarios y vestuarios.
La fachada de la escuela se caracteriza por sus parasoles de hormigón que funcionan como telón filtrando la entrada de luz solar, siendo otra estrategia para lograr eficiencia climática en el edificio, generando debajo de la gran cubierta la circulación del aire, lo que permite disminuir la temperatura interior doce grados centígrados con respecto a la exterior.
Interiormente se destaca el carácter de la sala de música, conformado por una estructura de hormigón armado, y un paraboloide hiperbólico formado por alambres tensados, metal desplegado y concreto arrojado. Siguiendo con la lógica de la planta libre y la búsqueda de flexibilidad de usos, el cerramiento de ésta es desmontable para poder ser utilizada como escenario.
La presencia de la escuela se destaca hasta el día de hoy en la ciudad y nacionalmente para los amantes de la arquitectura, dando cuenta de la potencia que posee su imagen, atemporal y pregnante, más aún su espacialidad.
Más importante aún que la imponencia del carácter morfológico del edificio, es haber arribado a ese resultado a partir de la respuesta a las condiciones climáticas locales con un diseño de grandes cualidades plásticas. Declarada actualmente como Monumento Histórico Nacional, la Escuela Normal Superior Domingo Faustino Sarmiento sigue siendo una obra que representó la voluntad del gobierno Provincial, que a partir de 1956, buscó brindar un impulso modernizador a sus instituciones, culminando en edificios de notable calidad.
Bibliografía
-Gayetzky de Kuna, Graciela C. La arquitectura del Movimiento Moderno en Misiones: caso, La Escuela Normal de Alem (1957-1963) de Mario Soto y Raúl Rivarola.
-Fiorito Marian I. La escuela de enseñanza media como artefacto de modernidad (1958-1963). III Jornada sobre Arquitectura Moderna Argentina. Modernidad en Argentina, Identidad y Patrimonio. Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Mar del Plata.
-Revista Summa. Escuela Normal N°1, Leando N. Alem, Pcia. De Misiones. Ediciones Summa. Febrero 1981.
.jpg?1551190295 "Clásicos de Arquitectura: Escuela Normal Superior N°1 Domingo Faustino Sarmiento / Mario Soto y Raúl Rivarola")
