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Arquitectos: MCEA | Arquitectura, NAOS 04 ARQUITECTOS
- Área: 23802 m²
- Año: 2016
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Fotografías:DAVID FRUTOS FOTOGRAFÍA DE ARQUITECTURA
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Proveedores: Otis, Porcelanosa Grupo, Cortizo, GRUPO PAMESA CERAMICA, TAU Ceramica, Prissmacer, Ecoceramic, Geotiles, Navarti, Isover, Levantina
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El antiguo Residencial San Mateo constituía una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad de Lorca por su especial configuración con un espacio central abierto a la avenida Juan Carlos I. Debido a las patologías ocasionadas por el terremoto del 11 de mayo, en julio de 2011 se procede a su completa demolición.
En octubre de 2011 la Comunidad de Propietarios del Residencial convocó un concurso de ideas para seleccionar el proyecto más adecuado para la reconstrucción de sus viviendas. En las bases del concurso se condicionó el diseño de los proyectos mediante la exigencia de establecer una estructura de la propiedad igual a la de la edificación original de modo que cada uno de los propietarios pudiese recuperar la posición que previamente había ocupado dentro del conjunto.
La propuesta presentada por MCEA | ARQUITECTURA y NAOS 04 ARQUITECTOS situó al proyecto arquitectónico como el instrumento capaz de hacer viable la reconstrucción mediante la consecución del consenso necesario entre todos los propietarios del edificio. Para ello se perfiló como fundamental incorporar en el proceso de proyecto las experiencias y distintas formas de habitar que cada uno de ellos desarrolló a lo largo del tiempo, de forma que el proceso de reconstrucción y ocupación de las nuevas viviendas se realizase de la manera menos traumática posible. Del mismo modo, se planteó a los propietarios la posibilidad de incorporar al proyecto sus necesidades actuales y futuras mediante el diseño de esquemas flexibles que permitieron en un gran número de casos disposición de una única vivienda o de dos de menores dimensiones.
Este proceso participativo en el se incorporó a todos y cada uno de los propietarios de forma individual en el equipo de diseño, constó fundamentalmente de las siguientes fases de trabajo:
1.- En una primera fase se definieron las necesidades individuales de cada propietario mediante la cumplimentación de fichas en las que reflejar todos aquellos comentarios y propuestas que considerasen oportunas.
2.- En la segunda fase de trabajo se inició un proceso de diseño de tipologías de vivienda que compatibilizó todas las propuestas de distribución recibidas en la primera fase.
3.- A continuación se desarrolló una tercera fase de trabajo en la que se facilitaron a cada uno de los propietarios las distintas tipologías definidas en la vertical de su vivienda con el fin de seleccionar aquella que mejor se adaptase a sus necesidades y finalmente introducir aquellas modificaciones puntuales que cada uno consideró oportunas.
El resultado final de este proceso participativo se reflejó en el proyecto definitivo, que recogió 45 tipologías de vivienda diferentes, consiguiendo la aceptación e identificación de los propietarios con el proyecto desarrollado conjuntamente.
Este proceso que incorporó la voluntad individual de cada propietario en la ordenación del conjunto, trató también de reflejarse en la fachada mediante un sistema ordenado de contraventanas en el que esa voluntad individual modifica la composición general, obteniendo así una imagen de la edificación en permanente cambio y adaptada en cada momento a las necesidades individuales.