En 2005, como un impulso a la competitividad del Estado de México, se lanzó el programa “Ciudades Bicentenario”, el cual proyectaba el ordenamiento territorial y la definición de una estructura estatal que se sustentara en centros de población seleccionados por su ubicación, por su capacidad para recibir incrementos poblacionales significativos, por poder albergar infraestructura y equipamientos estratégicos y por estar en posibilidades de contar con vías de comunicación suficientes para permitir su articulación regional, estatal e inclusive nacional.
Aunque el desarrollo habitacional del municipio de Tecámac inició a finales de los años 60 y siguió en los años 90 con los Conjuntos Urbanos, no fue hasta su nombramiento como ciudad del bicentenario que –bajo el nuevo esquema de construcción de Interés Social– la inversión privada llevó a cabo el proyecto y erupcionó el boom inmobiliario que ha ido cubriendo, no sólo los predios fraccionados sino todas las zonas circundantes a la Ciudad de México.
La autosuficiencia en cuanto a oferta laboral y un desarrollo urbano con servicios, zonas educativas, de salud, esparcimiento y comercio, fueron promesas del programa “Ciudades Bicentenario” que quedaron desatendidas tanto por el Estado como por las empresas encargadas de la ejecución. El objetivo explícito de llegar a ser una ciudad modelo, autosuficiente, debidamente planeada y altamente competitiva, quedó traspapelado entre cambios de gobierno y la desmedida expansión de viviendas.
Enfocado a la fotografía arquitectónica y a los temas sociales que la acompañan, en el ensayo fotográfico Interés NO Social (2018) Zaickz Moz recorre la carretera México-Pachuca y captura las vistas traseras de los fraccionamientos de Tecámac, evidenciando la acción de los propios habitantes quienes, mediante la autoconstrucción, han adaptado los espacios a sus necesidades de vida: ampliando sus casas con la superposición de niveles y modificando la construcción original sin planeación ni atención a medidas de seguridad.
Crecimiento vertical, diversidad de materiales, ventanas abiertas en las bardas colindantes, escaleras, rejas de seguridad… El desorden constructivo y habitacional que los encuadres de Zaickz Moz muestran, habla de una desorganización que confronta lo público y lo privado, y que repercute en las familias, la comunidad que allí habita, la ecología y también en los trayectos de los miles de personas que diariamente van de las colonias periféricas hacia la ciudad.
Siendo éste sólo uno de los ejemplos de los acentos de irregularidad que abrazan los núcleos urbanos del país, Interés NO Social aborda las consecuencias de una situación de abandono y desatención a las normas. Por un lado los pobladores, que haciéndose cargo de su propio bienestar han dado la espalda al orden y al espacio público; y, por otro, el gobierno –ausente, indiferente o incompetente– que sigue aprovechando las paredes blancas para anunciarse y promover sus promesas políticas.
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Fuentes
Ruth Reyes Ruvira y Maribel Espinosa Castillo, “La producción de vivienda residencial: caso de estudio Conjunto urbano Villa del Real, Tecámac”, 20° Encuentro Nacional sobre Desarrollo Regional en México, Cuernavaca, Morelos, 17 a 20 de noviembre de 2015, AMECIDER – CRIM, UNAM
Documento de Ciudades del Bicentenario, Comisión Coordinadora para el Impulso a la Competitividad del Estado de México, IV Sesión Ordinaria de la Comisión Ejecutiva, 31 de julio de 2007, revisado el 4 de marzo de 2019, en http://edomexico.gob.mx/sedeco/competitividad/ppt/CiudadesBicentenario.pdf