- Año: 2006
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Proveedores: Danpal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Campus de Pontevedra integra a los edificios de la facultad de ciencias de la educación y el centro de apoyo a la transferencia de resultados de investigación (CATRI). Dentro de su planificación, las geometrías conforman "huellas locales" y una naturaleza con potencial que intenta crear una atmósfera permeable y con presencia de las peculiaridades ambientales. A esto, se adhiere la decisión de hacer que las diversas actividades de la vida universitaria intervengan entre ellas, a través de dos mecanismos: continuidades visuales en secciones horizontales y verticales. De este modo, se obtienen múltiples escalas y sensaciones ambientales.
Este plan conduce a aprovechar al máximo el río como organizador de la ciudad, a tratar y proponer el campus como espacio comunitario de cultura y ocio, y a recuperar esta zona como parque y área ecológica definida.
El área central del campus es peatonal y crea una plaza principal cubierta central como un lugar que alberga diferentes eventos y que une los edificios que hoy están aislados.
El tratamiento del paisaje mezcla los valores espaciales y culturales del entorno, a su vez se une a un jardín, permitiendo que el campus se transforme en una red de caminos que conectan el campus con la ciudad.
Desarrollamos la densidad del bosque de tal manera que no pierda su consistencia física, y a su vez, no pierda de vista el campus y este siga siendo accesible desde la zona central.
Un paisaje de diversas podas del prado central, es promovido por las plantas de temporada en un diálogo entre las áreas estacionales y prolongadas del campus.
El edificio de CATRI se plantea como una referencia visual hacia la ciudad a la que pertenece, como presencia de una institución fundamental y pública. Colocado en el centro de la nueva "plaza", pasa a formar parte de los elementos de referencia del paisaje, mostrándose sobre el nuevo bosque del campus.
El programa, con partes autónomas y diferenciadas, está organizado de modo que cada módulo ocupe un piso o dos. Sus enlaces son el núcleo de comunicaciones y están involucrados en una doble piel que unifica y les permite optimizar su funcionamiento energético.
La piel exterior del CATRI se duplica, formando un cuadrado cubierto que se constituye como el clima de Pontevedra en el corazón del campus.
Imaginamos la construcción con una apariencia sensible a los cambios ambientales con los que se intergesticula; es ligera y etérea, pero al mismo tiempo con una presencia espacial definida. Los módulos interiores se enfrentan con paneles de colores acabados, llevando una tapa exterior translúcida o transparente según el caso.
El lugar donde se ubica, la presencia deseable y cercana del río, y los diversos y tan diferentes usos, hacen natural un edificio de Ciencias de la Educación, que busca con decisión conectar y abrirse a la riqueza del lugar.
El edificio intenta explotar la enorme riqueza de escalas y actividades de su programa convirtiendo los espacios de transición y circulación en mecanismos que hacen compartir las diversas actividades y les dan más presencia. Está formado en bandas de diferentes alturas por galerías de estancia y distribución orientadas al sur y al área central del campus, separando el programa en bloques bien definidos de acuerdo con los usos y las necesidades espaciales.