La automatización se está integrando rápidamente a la vida cotidiana y laboral de muchas personas, alcanzando inevitablemente a la industria de la construcción. Si bien la tecnología de los robots albañiles es considerada por muchos como un síntoma del siglo XXI, su historia que se remonta a la década de 1960, transformándose dramáticamente desde su aparición limitada. ¿Hasta dónde evolucionarán estas tecnologías? Conozcamos algunos de sus últimos avances.
En 2014, el archivo del noticiero británico Pathé republicó imágenes de Motor Mason, un albañil mecánico supuestamente desarrollado a mediados de la década de 1960. Afirmando colocar ladrillos cinco a diez veces más rápido que los métodos tradicionales, y prometiendo solucionar la escasez de viviendas, el prototipo se montaba en un riel paralelo a un muro, a lo largo del cual primero depositaba mortero y luego insertaba rápidamente ladrillos individuales. Sin embargo, después de ser transmitido por todo el Reino Unido en un noticiario quincenal en 1967, Motor Mason desapareció rápidamente de la industria de la construcción y del imaginario público, dejando sólo un vago recuerdo de la misteriosa máquina.
El año 2015, Construction Robotics presentó su nuevo robot albañil, SAM100 (Semi-Automated Mason), en el evento anual World of Concrete. Al igual que Motor Mason, la máquina promete aumentar la productividad tradicional de tres a cinco veces, y justifica su uso a través de las mismas preocupaciones sociales, agregando la seguridad de los trabajadores y el aumento de la eficiencia en la planificación de los procesos constructivos. Aunque fue lanzado 50 años después, sus paralelos con Motor Mason son inconfundibles.
Sin dudas, SAM100 es mucho más avanzado que su predecesor en términos de capacidad tecnológica, y no se limita a un riel paralelo con dificultades para manejar esquinas u otras variaciones en la construcción de la pared. SAM100 incluye un brazo robótico móvil y una bomba de concreto construidos con transportador capaz de ser programado para cambiar el patrón de diseño y la orientación de los ladrillos. El robot incluye tecnologías de seguimiento de datos, entregando informes de rendimiento diarios sobre problemas de productividad y trabajo, lo que permite a los albañiles modificar y mejorar las estrategias de construcción. Por lo tanto, en lugar de reemplazar al albañil, su objetivo es ayudarlos a aumentar la productividad y disminuir los esfuerzos laborales.
No mucho después de la presentación oficial de SAM100, la compañía australiana Fastbrick Robotics lanzó su propia máquina automatizada para la albañilería, llamada Hadrian X. Al igual que SAM100, Hadrian X es altamente avanzado tecnológicamente e incluye una serie de características que lo distinguen de su contemporáneo. Con énfasis en la precisión, la máquina es programada a través del modelado CAD y las tecnologías de estabilización dinámica, no sólo asegurando una construcción más exacta, sino también evitando desperdicios y reduciendo los costos totales de la obra. La velocidad y la seguridad siguen siendo una consideración primordial de esta máquina, lo que permite a los albañiles manejarla desde un lugar seguro y al mismo tiempo ser más productivos.
Desde el Motor Mason de la década de 1960, las tecnologías automatizadas para la albañilería han recorrido un largo camino. Hoy en día, las máquinas de albañilería interactúan con las tecnologías CAD y de seguimiento de datos, y sus usuarios pueden crear edificios de manera más productiva, segura y sostenible que antes. Mientras aumenta su uso y se desarrollan sus tecnologías, solo podemos esperar que la automatización de la construcción con ladrillos se transforme aún más, ampliando las oportunidades de diseño en favor de mejores proyectos de arquitectura.
- Artículo Relacionado
Así se construye un muro de ladrillos utilizando realidad aumentada
Artículo publicado originalmente el 17 de Noviembre de 2019.